La noche de San Juan, corta, mágica y 'sucia'
La noche de San Juan es la noche más esperada, la más corta, la más mágica, la que nos purifica y quita los males, para ello hay que congregarse en torno a las llamas y, como dice la tradición, pasar sobre ellas para que se cumplan todos nuestros deseos. Las playas de todo el país estaban abarrotadas de personas desde medio día, porque los preparativos llevan su tiempo.
Las grandes hay que prenderlas al caer el sol, en cambio las pequeñas pueden encenderse antes para quemar los males o para preparar un ligero menú a base de chistorras, chuletas, salchichas o sardinas, siempre como es lógico acompañado de una buena cerveza o un vino, porque hay que coger fuerzas de cara a la noche donde la fiesta ha dejado pocos incidentes. Solo hay que destacar un conato de incendio en Barrica, en Vizcaya.
El problema viene cuando amanece y comienza el desalojo de unas playas que han quedado como auténticos estercoleros, hasta arriba de basura. Alimento para las gaviotas y mucho trabajo para los operarios de limpieza que, después de horas, dejan la arena como si nada hubiese pasado.