Rescate al límite por la supervivencia de Julen
Es un rescate al límite porque el pequeño Julen sigue atrapado bajo un terreno de pizarra desde hace más de 72 horas. Dentro de un pozo de 107 metros de profundidad, como un edificio de hasta 30 plantas. A 73 metros hay un tapón de tierra. Y a partir de ahí Julen, y la posibilidad de que en esos 34 metros hasta la base de la perforación, haya ventilación, oxígeno para la supervivencia.
Los rescatadores siempre trabajan con esa posibilidad de que la persona atrapada esté viva. Así en muchas ocasiones, situaciones extremas en la que, a pesar del tiempo transcurrido y el pequeño espacio donde se encuentren atrapados, hay quien lo ha podido superar. Cierto es, reconocen los expertos, que el lugar donde ha caído el niño malagueño hace el rescate difícil y muy complicado.
Julen es un niño y eso puede ser una ventaja porque respiran con menor demanda de oxígeno. Si no hay heridas graves, la deshidratación es otro riesgo importante. Pero también es cierto que el organismo tiene un mecanismo de defensa: se pone en modo ahorro para reducir el mínimo las constantes vitales.
Riesgos, todos. Y todas las expectativas de encontrar pronto y bien a Julen.