La mujer de 'el Chicle', encubridora, no cómplice
Cuando José Enrique Abuín, 'el Chicle', se sintió vigilado por la Guardia Civil hace casi un año, su mujer, Rosario Rodríguez, le proporcionó la coartada precisa: que la noche del 21 al 22 de agosto de 2016, cuando desapareció Diana Quer, estaban juntos. Una mentira que ha mantenido hasta su detención y que solo ha rectificado ya ante el juez.
Ahí, en la sede judicial de Ribeira, Rosario confesó que su marido no estuvo en casa durante ese tiempo. También dijo que había sospechado de la relación del hombre con la desaparición de la joven madrileña y que se lo había preguntado a 'el Chicle' varias veces, aunque no obtuvo respuesta.
En un auto, el juez instructor desimputa a Rosario Rodríguez porque, de momento, no hay indicios suficientes para considerarla cómplice o autora de la muerte de Diana Quer. Encubrió al único acusado, su marido. Pero el Código Penal contempla las circunstancias a las que se pueden ver sometidos los ciudadanos, ante circunstancias determinadas, como pueden ser la implicación de un cónyuge o cualquier familiar con el que se tengan lazos afectivos.
Así lo establece el artículo 454: "Están exentos de las penas impuestas a los encubridores los que lo sean de su cónyuge o de persona a quien se hallen ligados de forma estable por análoga relación de afectividad, de sus ascendientes, descendientes, hermanos, por naturaleza, por adopción, o afines en los mismos grados, con la sola excepción de los encubridores que se hallen comprendidos en el supuesto del número 1.º del artículo 451". Es decir, excepto los que "auxilien a los autores o cómplices para que se beneficien del producto o precio del delito, sin ánimo de lucro propio".
La desimputación de la mujer de el Chicle, por no considerarla cómplice, no la exime de que el juez repruebe moralmente su conducta, que no merece pena. En su auto dice, textualmente, que "ha entorpecido notablemente la investigación policial, dificultando el esclarecimiento de los hechos y la identificación del presunto autor".
Rosario no ha cometido delito de encubrimiento (no lo es que mintiera a la Guardia Civil, solo sería delito que lo hubiera hecho en sede judicial, y ahí dijo retiró la coartada). Sí lo hicieron encubridores como Felisa García, que imitó la voz de Anabel Segura y colaboró con su marido, Emilio Muñoz, cabecilla del secuestro y muerte de la joven madrileña en 1993. También condenados el hermano de Miguel Carcaño, Miguel Delgado y su novia, María García. Y los padres de el Cuco. Aunque ninguno entró en la cárcel.