PERTE. Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica. Una vez tenemos la definición clara, orientamos el PERTE a la movilidad, y tenemos un plan del gobierno para incentivar la compra y uso de coches eléctricos. En principio, se estima que dotado de 24.000 millones de euros para crear una red sólida de puntos de recarga entre otras muchas cosas. En este caso, es un “PERTE del Vehículo Eléctrico y Conectado”.

El mismo Pedro Sánchez, presidente del gobierno español, publicó un tweet el pasado mes de julio diciendo que “el PERTE_VEC supondrá una inversión pública histórica de 4.295 millones. Una gran inyección, con un efecto multiplicador en el sector privado que podría llegar a los 19.000 millones entre 2021 y 2023. Se trata de un fuerte estímulo para la automoción, muy castigada por la pandemia”.

Conocidos los titulares, es hora de encargarse de los detalles, incluso de repasar la letra pequeña, de una noticia que debe ser buena forzosamente para renovar el contaminante parque automovilístico del país y facilitar la adquisición de vehículos menos contaminantes, entre otras muchas cosas.

Lo primero que sorprende, es que se pretende crear un ecosistema de fabricación del automóvil eléctrico y conectado con un montante total, 24.000 millones de euros, que no están, ni mucho menos, cerrados. De hecho, los 4.295 millones que anuncia el gobierno como fijos provienen de las ayudas directas de la Unión Europea. Las fuentes gubernamentales dicen que la inversión, entre 2021 y 2024, deberían tener un impacto de unos 19.700 millones del sector privado… pero claro… “deberían”.

Esa colaboración pública y privada podría estar auspiciada por el secretario general de industria pero, a día de hoy, nada más se sabe. El objetivo es realmente interesante, pero claro… de momento, desde el anuncio, ya han pasado tres meses y no ha habido ningún avance significativo. Mientras tanto, Pedro Sánchez vía tweet nos recuerda que “debemos unir fuerzas en torno a las revoluciones verde y digital para impulsar la recuperación desde una perspectiva integradora en lo social, intergeneracional de género y territorial. El PERTE_VEC creará empleos de calidad y promoverá la cualificación de cientos de jóvenes”.

Como decimos, no es sólo vender más coches eléctricos o crear más de los necesarios puntos de recarga y que éstos sean más potentes. El plan contempla la creación de la primera academia de Europa sobre baterías, que debe dar formación hasta a 150.000 personas en los próximos años. También se busca que se pierda la percepción “elitista” que tienen los coches eléctricos y los híbridos enchufables, a lo que contribuye el rocambolesco y difícil de solicitar Plan Moves III.

Uno de los ambiciosos objetivos que pretende este PERTE es matricular 250.000 vehículos eléctricos en 2023. Para ello el Gobierno busca la movilización de hasta 7 ministerios, las comunidades autónomas y las asociaciones y empresas del sector, que son los que deben apoquinar los casi 20.000 millones de un proyecto anunciado a bombo y platillo pero que, de momento, falla en la pata más débil, la de la financiación.

El PERTE está formado por un buen montón de folios con medidas de lo más variadas, aunque todas pretenden ser “transformadoras y facilitadoras”. Las más significativas son:

1 Actuaciones integrales en la cadena de valor, desde el desarrollo hasta el ensamblaje de baterías

2 Plan Tecnológico de Automoción Sostenible

3 Programa de espacios de Datos Sectoriales, para la conectividad y componentes del vehículo eléctrico inteligente

4 Programa para integrar Inteligencia Artificial en los procesos productivos.

Las principales asociaciones del sector acogieron de primera mano con mucho optimismo el anuncio, aunque tres meses después y vista la inmovilidad del gobierno a todos los niveles, se muestran, en el mejor de los casos, cautos. Anfac, Aedive o Faconauto, por poner un ejemplo, aplaudieron desde el minuto uno un paquete de medidas que, a día de hoy, ha rebajado las expectativas, aunque se supone que en el próximo mes de noviembre empezarán a ponerse en marcha las primeras acciones.

La gran pregunta que todo el mundo se hace es “cuándo se va a notar este plan en el día a día”. Si el día de mañana, el coche eléctrico no es más barato o más accesible para los ciudadanos, y la infraestructura sigue siendo deficiente y no hay puntos de recarga suficientes para poder cargarlos… todo se habrá quedado, una vez más, en palabras vacías.