La exclusividad al poder… y llevada al extremo. El Bugatti Baby II Carbon Edition es más que un juguete, es todo un capricho sólo apto para los bolsillos más acaudalados y selectos. Si normalmente comprarle un coche réplica de juguete a un niño no es barato, hay muchos de plástico en el mercado e incluso se ven dando paseos por los grandes centros comerciales en alquiler, la firma francesa riza el rizo y pone a la venta uno que rompe directamente la banca.

Damos por sentado que los 30.000 euros que costaba el Bugatti Baby II ya eran inalcanzables para casi cualquiera, pero es que, con la excusa de fabricar buena parte del coche de juguete en fibra de carbono, la factura de la réplica de esta belleza clásica se dispara hasta los 80.000 euros. Y es que tener un juguete inspirado en el mítico Bugatti Mistral, con un motor en origen de 8 litros y 16 cilindros, debe ser algo que no esté al alcance de cualquiera.

De hecho, la exclusividad llega a tal punto, que sólo si tienes un Bugatti Mistral aparcado en tu garaje, podrás comprarle este capricho a tu hijo o a tu nieto. Por si fuera poco, la puedes personalizar con un pequeño catálogo de extras que harán que suba aún más la ya de por sí desorbitada factura.

En verdad, hay pocas diferencias entre la versión “normal” y la exclusiva y cara versión Carbon. Es cierto que numerosas piezas están fabricadas en carbono y se ven a simple vista, dominando el negro en casi todo el coche. Si se desea, se puede solicitar una pequeña bandera francesa en el lateral, aumentando aún la imagen retro del vehículo. A pesar de su clara imagen de principios de siglo XX, por ejemplo, los grupos ópticos están formados por modernos Led, muy parecidos a los del Mistral original.

La primera vez que el Bugatti Baby II apareció en público fue hace cuatro años, en 2019. La escala 1:4 sigue siendo la misma y es lo más fiel posible al modelo creado en 1926. Cuatro años después, la versión de carbono es una vuelta de tuerca muy extrema al lujo y a la exclusividad sobre rudas.

Este Bugatti Baby II Carbon Edition no necesita que el niño se mate a dar pedales. Dispone de una batería de 2,8 kWh de capacidad, con 14 caballos de potencia. Mucho ojo porque el niño puede llegar a poner el coche a 70 km/h, algo realmente sorprendente para un juguete.

En cualquier caso, ni portándose bien, ni sacando todo sobresalientes y matrículas de honor el niño más bueno del mundo se puede garantizar esta maravilla… no sólo por el dinero que cuesta, sino porque, repetimos… o papá o el abuelo tienen un Bugatti Mistral bajo llave -cuesta 5 millones de euros-, o no hay nada que hacer. ¡Ah! ¡Sólo se han producido 99 unidades para todo el mundo!