El verano de 2022 se ha convertido en uno de los más cálidos de la historia de nuestro país, tal y como reflejan los datos por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Según este organismo, que se encarga de predecir los fenómenos meteorológicos que afectan a nuestro país y de registrar los datos que afectan a todo el territorio nacional, tanto los meses de junio y julio como los primeros quince días de agosto han alcanzado temperaturas extremadamente elevadas que los sitúan en la parte más alta de la serie histórica.

En concreto, la AEMET señala que el pasado mes de junio, en el que se alcanzó una temperatura media de 21,8ºC, ha sido el cuarto más cálido desde que hay registros, mientras que julio se ha alzado como el más cálido de la serie historia, tras haber superado ligeramente los 25.4ºC medios de julio de  2015 y registrar una media de 25.6 ºC. 

Aunque todavía no existen datos completos del mes de agosto, los registros de la AEMET señalan que la primera quincena del mes ha sido la segunda más cálida de la serie histórica, solo superada por la de 2003. En base a todos estos datos, desde la AEMET apuntan a que este verano podrá ser no solo el más cálido desde 1961, fecha en la que comenzaron los registros, sino también, de acuerdo a sus estimaciones, el más caluroso desde 1916. Como mínimo. 

Las altas temperaturas alcanzadas a lo largo de la temporada estival han hecho que subirse al coche fuese, en muchas ocasiones, un auténtico suplicio, especialmente cuando no nos ha quedado otro remedio que dejarlo aparcado en la calle y en una zona desprovista de sombra. Y es que el interior de estos vehículos puede condensar y mantener el calor con extremada facilidad, con todos los sofocos que esto puede provocarnos.  

En estas calurosas situaciones, lo normal es que nada más sentarnos al coche accionemos el aire acondicionado. Este aparato, sin embargo, puede tardar un poco en accionarse. Y además, si lo ponemos antes de tiempo, podemos aumentar considerablemente nuestro gasto de combustible, algo poco recomendable teniendo en cuenta los tiempos que corren.

Por suerte, existe un truco de origen japonés y recomendado por los expertos con el que podemos reducir la temperatura de nuestro automóvil aproximadamente unos diez grados de manera cómoda y sencilla.

Este truco consiste, básicamente, en bajar las ventanillas y abrir y cerrar un par de veces la puerta. Sí, como lo lees: bajar las ventanillas y abrir y cerrar las puertas. Sin más.

Para llevarlo a cabo, lo primero que deberemos hacer será bajar hasta abajo la ventanilla del copiloto y la del asiento trasero que se encuentra en este mismo lado. Tras esto, tendremos que abrir y cerrar con fuerza la puerta del conductor unas cinco veces de forma consecutiva para crear corriente. Eso sí: en el caso del conductor, la ventanilla debe permanecer cerrada.

De este modo, gracias a la presión ejercida por la fuerza, lograremos que el calor acumulado en el interior del coche se desplace hacia la zona del copiloto, mientras que la zona del conductor se refresca. 

Este truco nos ayudará a refrescar el coche un poco antes de que el aire acondicionado haga efecto. No obstante, si queremos evitar que nuestro automóvil acumule tanto calor, es recomendable que utilicemos parasoles y que lo aparquemos, siempre que podamos, en un garaje o bajo la sombra.