No solo las personas sufren ansiedad. Los animales, perros y gatos, también la padecen. Un caso es la ansiedad por separación y la pueden tener sobre todo perros que tienen apego por sus dueños. Si rascan mucho la puerta o lloriquean pueden ser síntomas de esa ansiedad.
Es el ejemplo de Brenan, que se come el sofá de su familia. Txoco, otro perro, araña las puertas. Esa angustia tiene nombre y se llama ansiedad por separación. "Se quedan solos en casa y empiezan a mostrar problemas de comportamiento que pueden acabar en destrucciones de mobiliario", cuenta Carlos Míllara, creador de 'Canmigos' para trata la ansiedad por separación.
Míllara se gana la vida ayudando a familias de perros que tienen esta patología, uno de cada cinco. "Consiste en hacer ausencias progresivamente más largas", señala. Así lo hace la perra de Jota. "Condiciona tu vida, te hace preso en tu propia casa porque no puedes salir ni a tirar la basura", cuenta.
Problemas de comportamiento que se previenen dedicándoles tiempo de calidad y dejándoles ser perros. Una de las terapias es la estimulación olfativa. Diego Lorenzo, que fue miembro de la unidad canina de la Guardia Real, les enseña juegos de olfato.
"El perro es nariz, hace un escaneo de la zona muy bonito", cuenta. Señala que hay que dejar al animal olfatear porque así se cuida la salud mental perruna.
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