Ni la comida casera es siempre mejor ni el gluten es malo para perros y gatos: mitos de su alimentación
Los expertos recomiendan no basar la alimentación de las mascotas en creencias sin fundamento científico y consultar con el veterinario
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La alimentación de nuestros animales de compañía es fundamental para garantizar su bienestar y longevidad. Es vox populi que existen ciertos alimentos comunes en nuestras dietas que pueden ser extremadamente tóxicos para perros y gatos: chocolate y cafeína, uvas y pasas, cebolla, xilitol y alcohol. Pero Picart, compañía especializada en bienestar animal, advierte de que no son los únicos que tener en cuenta para evitar intoxicaciones graves.
Con la evolución de la producción alimentaria y los cambios medioambientales, han surgido nuevas fuentes de alimentos tóxicos para nuestros peludos. Riesgos emergentes que exigen nuevas medidas preventivas. “Es esencial no basar las decisiones alimentarias de nuestros perros y gatos en creencias y consultar siempre con veterinarios y especialistas en nutrición animal”, señala Xavi Bará, director técnico de Picart. Para ello, es importante desmontar algunos mitos y creencias erróneas que pueden poner en peligro a nuestros animales de compañía:
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1. “Si no es tóxico, es bueno”
La línea que separa los alimentos tóxicos de los que no lo son es muy fina. "La toxicidad alimentaria no se limita a la presencia de sustancias inherentemente venenosas; también podría referirse a los efectos acumulativos de ciertos ingredientes o nutrientes cuando se consumen en exceso", advierte Bará. Está comprobado científicamente que la obesidad, la diabetes y algunas deficiencias nutricionales pueden ser consecuencia de una dieta desequilibrada. Además, ciertos alimentos seguros podrían convertirse en un problema si se mezclan con medicamentos o si el animal tiene algún problema de salud.
2. “La comida casera es mejor”
Una alimentación casera puede ser saludable, pero para ello es fundamental diseñar un plan de alimentación con un veterinario que tenga en cuenta todos los factores en torno a nuestro peludo, asegurarse de que las carnes tengan la cocción adecuada, lavar frutas y verduras, y evitar ingredientes peligrosos (cebolla, uvas y chocolate…) para prevenir la contaminación por bacterias y otros patógenos. “Todo eso ya está contemplado en una comida comercializada de calidad, pues está especialmente formulada por nutricionistas veterinarios teniendo en cuenta aspectos como la raza, el tamaño, la edad y otras necesidades. Además, la producción pasa por todos los controles de calidad”, destaca Bará.
3. “Si es orgánico, es inocuo”
No hay evidencia científica concluyente de que los productos orgánicos sean menos tóxicos para las mascotas que los convencionales. La seguridad alimentaria debe basarse en la calidad del alimento y la supervisión veterinaria, no en etiquetas como "orgánico". "Los productos orgánicos, definidos por la ausencia de ciertos aditivos y modificaciones genéticas, no implican necesariamente una garantía de inocuidad superior en comparación con sus equivalentes 'convencionales'", comenta Bará.
4. “Las dietas grain free son más saludables”
La creencia de que el gluten y los cereales son intrínsecamente perjudiciales para nuestros peludos carece de fundamento científico sólido. Aunque las dietas sin gluten sean útiles en casos específicos de intolerancia o sensibilidad digestiva, los cereales, cuando se incluyen en una dieta equilibrada, constituyen una fuente valiosa de energía, vitaminas, minerales y fibra.
5. “Los gatos pueden comer dietas veganas”
Los gatos son carnívoros estrictos y requieren nutrientes específicos que solo se encuentran en fuentes de origen animal, como la taurina, un aminoácido que no pueden sintetizar en cantidades suficientes. Su déficit puede provocar graves problemas de salud, como una cardiomiopatía dilatada o degeneración retiniana.
6. “La carne es mejor que la harina de carne”
La carne fresca tiene indudablemente muchas ventajas, como una mayor palatabilidad e integridad de las proteínas, pero su composición nutricional puede variar en función de las partes de la ternera que se incluyan, mientras que la harina de carne proporciona una fuente consistente y totalmente controlable de proteínas, minerales y grasas al obtenerse mediante un proceso de cocción que elimina el agua y parte de la grasa.
Más allá de mitos y creencias, “es crucial que los propietarios de mascotas se mantengan informados y consulten con profesionales veterinarios antes de introducir cambios en la dieta de sus animales, especialmente ante la llegada de nuevos productos alimentarios al mercado”, advierte Bará, quien insiste en que la elección de alimentos específicamente diseñados y probados para mascotas, elaborados por especialistas en nutrición animal, sigue siendo la medida preventiva más confiable para garantizar su bienestar y seguridad.
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