Ninguno de los cinco miembros de La Manada podrá pisar la comunidad Madrid. Es el lugar de residencia de su víctima. Tampoco podrán comunicarse con ella, por ningún medio oral, escrito, visual, telefónico, o telemático. Ni un mensaje en redes sociales. Pero podrían acercarse a la mujer que los denunció por agresión sexual tanto como quieran, siempre que no tengan contacto visual. Porque los jueces no han establecido ninguna distancia mínima de alejamiento, como hubiera sido lógico en opinión de penalistas consultados.
Los jueces del Tribunal Superior de Justicia de Navarra, en el auto que establece la puesta en libertad de los cinco condenados por abusos y no por violanción, mantienten otras medidas cautelares, por las que el Prenda y sus amigos se quedan sin pasaporte y con prohibición de salir del país, a riesgo de convertirse en prófugos.
La Manada deberá presentarse tres veces en semanana, y cuando se les requiera, en el juzgado de guardia. Y estar localizados 24 horas. Sorprende que entre las medidas cautelares no haya alejamiento del lugar de los hechos, Pamplona. El abogado de los cinco amigos asegura que no tienen ninguna intención de acercarse a los Sanfermines.
Frente a las medidas que recoge el auto, cabe recurso, a la espera de sentencia firme. Mientras tanto, cuatro de los de La Manada, tienen otra causa abierta. Están investigados por abusos a una mujer en Pozoblanco, Córdoba, anterior a la de los Sanfemines de 2016. Al investigar el contenido de los móviles de los denunciados en Pamplon, la policía descubrió un vídeo y fotos, donde se les ve cometiendo los supuestos abusos a una mujer, que va inconsciente, en el interior de un coche en marcha. Todo mientras se ríen y se jactan en redes sociales. Cuando se hizo público ete contenido, la v´citima de Pozoblanco, denunció. El caso aún se investiga. A este juicio, los implicados de la Manada llegarán ya con antececentes.