Los de La Manada, enfadados con su amigo Boza
Este viernes solo cuatro de la Manada han cumplido con su cita obligada de firmar en el juzgado de Sevilla. El quinto, el más joven, Ángel Boza, está en prisión provisional sin fianza. Solo Antonio Guerrero, el guardia civil, ha respondido a las preguntas de los periodistas y ha sido para decir que no sabía nada de Ángel, "que bastantes problemas tenía él como para ocuparse de los de los demás". También ha afirmado que esperaba que no les perjudique su acusación por robo con violencia de unas gafas de sol.
A ninguno de los amigos les hace gracia volver al foco mediático mientras esperan sentencia firme a su condena a 9 años por abusos sexuales. Hemos visto caras muy serias y hasta de enfado en Cabezuelo, en Escudero y hasta de Prenda. El abogado de Boza y de otros tres amigos ha dicho que ha sido una estupidez sin ningún sentido, dada la situación procesal de su defendido, no solo por la sentencia de Navarra, sino por otra causa abierta en San Sebastián por un supuesto robo de gafas en 2016.
Boza ha reconocido ante el juez que se llevó sin pagar del centro comercial de Sevilla, unas gafas de 148 euros, pero niega que en su huida embistiera a un vigilante de seguridad con el coche y casi, aunque logro esquivarlo, a otro. La defensa anuncia recurso, pero el juez considera que cometió robo con violencia y, que la reincidencia (tenía antecedentes por delitos contra la propiedad) y posibilidad de repetir delito, justificaban la prisión provisional. Boza se enfrenta a un delito penado entre 2 y 5 años de cárcel.