"Mi madre estaba muerta. Pienso que le sorprendió la riada durmiendo"
Miquel vive a las afueras de San Llorenç. Llegó a su casa justo con la riada "el torrente rugía como 50 o 60 leones", asegura. Pensó en su madre, Joana, que con 89 años vivía sola en su casa en el pueblo. Llegaron hasta el lugar con el agua por al cintura y cuando entró en la vivienda: Acompañado por la Guardia Civil y atados con cuerdas, por su propia seguridad, encontró a su madre en su habitación. Estaba bajo el agua, en su cama. "Prefiero pensar que la riada le sorprendió durmiendo", recuerda.
Miquel aguanta a duras penas la emoción de los recuerdos de hace dos días. Mientras nos recibe en su casa ( nueva, bastante elevada del suelo porque, dice, esta es la segunda vez que vive una inundación aquí) hay decenas de vecinos, amigos, desconocidos solidarios, miembros de la UME, que se mueven de un lado a otro de lo que era jardín, limpiando, recomponiendo destrozos, del agua desbocada. Hasta en el sótano hay una auténtica tropa intentanto devolver la normalidad al garaje. Viéndo la ayuda, el codo a codo "Porque como decimos aquí no somos un pueblo sino una familia", Miquel no aguanta más. Con palabras entrecortadas y lágrimas dice "Solo puedo dar las gracias".