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La Policía Nacional continúa investigando las denuncias por abuso sexual contra el sacerdote Marcelino del colegio privado Highlands School El Encinar de Madrid.
Tras ser detenido y quedar en libertad el pasado sábado, el juez le ha prohibido la salida de territorio nacional y le ha obligado a entregar el pasaporte. Además, tiene la prohibición de aproximarse a menos de 300 metros del colegio así como de a las menores denunciantes o establecer cualquier tipo de comunicación con dichas menores por cualquier medio o procedimiento.
Según recoge El Mundo, las autoridades ya han inspeccionado el colegio donde presuntamente ocurrieron los delitos y han remitido un oficio para pedir las grabaciones de las cámaras de seguridad del centro para ver si éstas pueden corroborar los hechos.
El colegio Highlands School El Encinar ha reconocido que son ya cinco las denuncias contra un sacerdote profesor de este centro educativo situado en La Moraleja (Madrid). Así se lo comunicaba Jesús María Delgado, director del Colegio Highlands El Encinar, a los padres de los alumnos de este colegio en una comunicado en el que les pedía que estén "unidos en la oración, con el compromiso de apoyar ante todo a las familias afectadas" y poner toda de su parte "hasta lograr llegar a la verdad de los hechos".
El sacerdote ha sido apartado de sus funciones hasta que se esclarezcan los hechos y el colegio ha activado el 'protocolo de ambientes seguros para dar una respuesta inmediata'. Según el colegio, el capellán es el responsable de las alumnas de primaria y secundaria del centro.
Además, según apunta en el comunicado Delgado, el motivo por el que el colegio tenía contacto con este sacerdote, "que fue secretario de Maciel y fue tan cercano a él", es porque "no existía ningún antecedente de conductas inapropiadas contra menores que le impidiera desarrollar su labor en un centro educativo".
Los hechos que se dieron a conocer tras interponer una denuncia los padres de una de las víctimas, quienes notaron que su hija presentaba un comportamiento cada vez más irascible de forma paulatina.
La investigación judicial recoge gritos sin motivo aparente, miedo a la oscuridad, terrores nocturnos o estallidos de ira. La propia menor afirmó sentir dolor genital y haber tenido que acudir a la enfermería en multitud de ocasiones.
Además, señaló que el "padre Marcelino" a veces molestaba a las niñas y que las llevaba a "sitios secretos". Relató tocamientos por debajo de la ropa interior que incluían penetración en ocasiones. El auto de la jueza precisa: "Les dice a sus amiguitas y a ella que tenían que hacer como bromas, que hicieran cosas malas sin contarlo, que eran secretos".
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