Cada 31 de diciembre es costumbre en nuestro país comernos las 12 uvas de la suerte con la mirada puesta en el reloj de la Puerta del Sol. Sin embargo, en las entrañas de este reloj se esconden cuatro protagonistas, Jesús López Terradas, Juan López Terradas, Santiago Ortiz Rey y Pedro Ortiz Rey, los encargados de hacer sonar cada “campanada”.
Los cuatro llevan casi 30 años junto al reloj más admirado por todos, pero que muy pocos tienen la posibilidad de acceder esa noche a su interior. Pedro nos cuenta que estos días van a diario a la Puerta del Sol para “controlar la precisión” y que el reloj funcione a la perfección.
Fue un concurso público en 1996 el que les dio la oportunidad de cuidar de este símbolo tan importante de fin de año con su restauración. Desde entonces, son los encargados de ocuparse de la maquinaria cada día, cada Nochevieja.
Una responsabilidad que todavía sigue poniendo nervioso a Pedro porque “se van acercando los últimos minutos, crece la euforia de la gente y todo el mundo está mirando hacia el reloj”. Estos cuatro guardianes de la Nochevieja no se toman las uvas, pero no por ello han tenido mala suerte a lo largo de todos estos años. Es más, se sienten muy afortunados por estar en la torre más importante del país para dar la bienvenida al nuevo año.
En España, tenemos una tradición como pocas en la que su labor sigue siendo fundamental para cambiar de año. Sin embargo, la tecnología va ganando terreno y Ortiz reconoce que “todos los relojes se pueden programar hoy en día”, incluyendo el de la Puerta del Sol. No obstante, a nivel emocional, el relojero siente que siguen siendo necesarios y no tienen ninguna prisa por dejar de ofrecernos las campanadas como hasta ahora.
Y, como no puede ser de otra manera, año tras año, con las 12 uvas surgen las dudas: “¿Qué son los cuartos?, ¿ya se ha escuchado la primera campanada?, ¿cuándo me como la primera uva?”. Pedro Ortiz nos explica que 28 segundos antes de las 00:00 horas baja la campana de forma manual, algo que solo ocurre en Nochevieja. Después, suenan cuatro campanadas dobles representando los cuatro cuartos. A partir de ese momento, comienzan las doce campanadas, cada una de ellas cada tres segundos, y nos comemos las uvas con la primera campanada.
Los hermanos López y los hermanos Ortiz volverán a marcar el cambio de año. Este 2024, volverán a subir las escaleras de caracol del último piso de la sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid. A sus pies, miles de españoles mirarán fijamente el iluminado reloj y escucharán con atención el sonido que desde allí se emitirá. Una sintonía que nos envolverá en recuerdos, pensamientos, deseos y propósitos por lo que vendrá. Con su labor, daremos la bienvenida al 2025.
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