La Fiscalía de Madrid ha alertado sobre un aumento en la delincuencia juvenil en las redes sociales, no solo como autores, sino también como víctimas, con un enfoque preocupante en el denominado 'happy slapping', en español 'bofetada feliz', una nueva modalidad de acoso en la que se graba y se agrede a otros jóvenes de forma verbal o física, y que luego se comparte a través de las plataformas.
En un reciente informe, la Fiscalía ha subrayado su preocupación por la simplicidad con la que los menores pueden desarrollar este tipo de conductas y por la "facilidad para acceder y localizar a la víctima, para suplantar perfiles, por la sensación de impunidad que proporciona al autor la comisión de estos hechos a través de internet", siendo una de las formas delictivas que más ha proliferado en los últimos tiempos.
Por ello, se ha procedido a abrir investigaciones contra individuos que, a través de plataformas como TikTok, Facebook, YouTube e Instagram, están difundiendo vídeos que muestran estas situaciones degradantes. Según el documento, existen cuentas que han impulsado una "campaña de acoso, tanto físico como virtual, contra el colectivo de menores extranjeros no acompañados", conocidos popularmente como menas, a quienes se describe como "personas especialmente vulnerables, tanto por edad como por su origen extranjero y por su desvinculación familiar". En algunos casos, este odio se ha manifestado en agresiones grabadas y compartidas en redes.
Por su parte, la organización no gubernamental internacional 'Save the Children' ha puesto el foco en el trasfondo de estas acciones, señalando que la búsqueda de popularidad y aprobación en forma de likes puede llevar a algunos jóvenes a cometer delitos contra sus propios compañeros e incluso amigos. Según la organización, "la persona que graba esta agresión cree que colgarla en una plataforma digital puede ser entretenido o divertido". Asimismo, subraya que "esta violencia afecta aún más a la víctima sabiendo que la agresión se produce entre iguales: en un 61% de los casos los agresores son amigos o compañeros".
También ha advertido que aquellos que graban, aunque no participen en la agresión, son responsables por no impedirla y por compartir las imágenes. Cabe destacar que la organización realizó un informe en el que estimó que, en 2019, más de 76.000 jóvenes en España habían sufrido esta práctica durante su infancia. Por ello, la Fiscalía de Madrid advierte que el fenómeno continúa en aumento, impulsado por el creciente acceso de los menores a dispositivos móviles y plataformas digitales. Según el estudio, la edad media a la que se experimenta el 'happy slapping' por primera vez es a los 14 años, y los agresores suelen ser compañeros de clase, aunque también se han señalado otros responsables, como exparejas o familiares.
Suscríbete a las newsletters de Informativos Telecinco y te contamos las noticias en tu mail
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento