En Valdemoro y Galapagar, la reciente eliminación de los puntos violetas, espacios destinados a la asistencia de víctimas de agresiones sexuales durante las festividades, ha desatado una intensa polémica.
Mientras el Ayuntamiento de Valdemoro, gobernado por el PP y Vox, ha optado por eliminar los puntos violetas de sus fiestas en honor a la Virgen del Rosario. Galapagar ha decidido sustituir su 'Punto Violeta' por un 'Punto Blanco' durante sus celebraciones en honor al Santísimo Cristo de los Mercedes. Ambas decisiones han generado fuertes críticas de la oposición y de sectores de la sociedad civil.
En Valdemoro, las festividades en honor a la Virgen del Rosario, que se celebrarán del 6 al 9 de septiembre, contarán con un cambio significativo. El Ayuntamiento ha decidido eliminar los puntos violetas, que en años anteriores ofrecían asistencia directa a las víctimas de violencia de género, y en su lugar, ha aconsejado a las personas en caso de agresión sexual que griten “fuego” para solicitar ayuda.
El alcalde de Valdemoro, David Conde (PP), ha defendido esta decisión, argumentando que la recomendación de gritar “fuego” es una medida que ha demostrado ser efectiva en la movilización de la gente y la prevención de delitos. Conde ha insistido en que la eliminación de los puntos violetas se debe a problemas administrativos relacionados con la contratación y ha rechazado que esta medida esté influenciada por el pacto con Vox.
Por otro lado, en Galapagar, el Ayuntamiento ha optado por renombrar el 'Punto Violeta' como 'Punto Blanco' para las fiestas que se celebrarán del 12 al 15 de septiembre. Este nuevo espacio, ubicado en una carpa junto a la Plaza del Presidente Adolfo Suárez, seguirá brindando asistencia a víctimas de agresiones sexistas.
Este cambio de denominación ha sido criticado por el PSOE y el partido local Por Galapagar. El PSOE ha tachado esta medida de “vergonzosa” y ha acusado al gobierno local de “negar y tapar” la violencia machista con eufemismos. El grupo Por Galapagar ha argumentado que el cambio de nombre confunde a las víctimas, que asocian el color violeta con la lucha contra la violencia de género, y ha pedido al Ayuntamiento que rectifique y mantenga la denominación tradicional.
El alcalde de Galapagar, David Conde, ha defendido el cambio de nombre como una mejora en la cobertura del servicio, explicando que el 'Punto Blanco' ofrecerá una asistencia más amplia que el Punto Violeta y que estará atendido por profesionales capacitados.
La ministra de Igualdad, Ana Redondo, también ha intervenido en la controversia, criticando duramente el modelo adoptado por el Ayuntamiento de Valdemoro y la eliminación de los puntos violetas. Redondo ha calificado estas acciones como una “ridiculización” de la violencia machista y ha instado a las autoridades locales a reincorporar los puntos violetas, enfatizando que su eliminación refleja un “negacionismo” preocupante frente a la violencia de género.
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