Ana María Knezevich, más de dos meses desaparecida y sin pistas sobre su paradero: ¿Es un caso de violencia machista?
La investigación de la estadounidense de origen colombiano desaparecida en Madrid está en España en manos de un Juzgado de Vinolencia sobre la Mujer
El FBI participa paralelamente en la investigación: se centran en la aparente liquidación por parte de su marido del patrimonio que ambos compartían
David Knezevich, el marido de la mujer estadounidense desaparecida en Madrid, se niega a pasar la prueba del polígrafo
Ana María Knezevich Henao, la estadounidense de origen colombiano que desapareció en Madrid el pasado 2 de febrero de 2024, continúa en paradero desconocido. Tras más de dos meses buscando cualquier pista, los investigadores no han conseguido resolver el caso, en el que están implicados incluso efectivos del FBI, con investigaciones paralelas en Estados Unidos para intentar resolver la misteriosa desaparición.
Desde el primer instante, y por los pasos realizados, las autoridades se han fijado en los movimientos sospechosos de su marido en cuanto al patrimonio que ambos compartían. Creen que se encuentra en Serbia y no pasa inadvertido que la pareja estaba inmersa en un proceso de separación que se prolongaba seis meses y que desde el entorno de la desaparecida no dudan en calificar de ‘muy duro’ y traumático.
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No en vano, la investigación en España ya está en manos del Juzgado de Violencia sobre la Mujer Nº 9 de Madrid después de que se inhibiese el Juzgado de Instrucción Nº 51 de Madrid en su favor, lo que hace ver, según fuentes jurídicas citadas por EFE, que los investigadores tienen como una de sus hipótesis que su marido, David Knezevich, con quien llevaba medio año inmersa en un proceso de divorcio, podría estar implicado en su desaparición.
Mientras, de forma paralela, una corte de Florida, EEUU, se centra en la aparente liquidación por parte de su marido de ese patrimonio que mantenían en común.
La desaparición de Ana María Knezevich Henao, ¿un caso de violencia machista?
Ana María y David habían mantenido 13 años de matrimonio y, tras su desaparición, la actitud de su marido no ha dejado de extrañar a la familia de la desaparecida.
En el proceso de separación que afrontaban, catalogado como muy difícil por el entorno de la estadounidense, al contrario que el relativo al serbio, las principales dificultades que encontraron era el reparto de la empresa tecnológica que ambos poseían en Florida: mientras ella optaba por una división equitativa, él pretendía llevarse un 75 por ciento de la compañía, como aseguraba hace unas semanas a EFE el presidente de SOS Desaparecidos y portavoz de la familia, Joaquín Amills.
En ese contexto, la familia de Ana María supo que, estando él en su Serbia natal, comenzó a vender buena parte del patrimonio y, lejos de colaborar en todo este tiempo, --pese a que su abogado ha manifestado que está haciendo todo lo posible para ello--, los allegados de la desaparecida exponen lo contrario.
Recientemente, de hecho, se conocía su renuncia a someterse al polígrafo, una prueba admitida en Florida y una actuación más que no deja de alimentar las sospechas que han manifestado reiteradamente desde el entorno de Ana María.
Concretamente, fue una amiga suya la que interpuso la denuncia tres días después de perder contacto con ella. Lo primero que le alertó, --a ella y a otra amiga--, fueron los mensajes que ambas recibieron, en los que supuestamente la estadounidense de 40 años les contaba que había conocido a una persona y que en esos momentos estaban emprendiendo un viaje a un lugar a dos horas de Madrid en el que apenas tendría cobertura.
Les llegó el día 3 de febrero, un día después de que fuese vista por última vez, con tres horas de diferencia. Uno estaba escrito en inglés y otro en castellano, y con expresiones impropias de ella, lo que les hizo sospechar que los enviara otra persona. De hecho, amigas de Ana María han llegado a manifestar que creen que fue “secuestrada”.
Sus sospechas también apuntan a un posible caso de violencia machista, con la pregunta todavía en el aire de si ese mensaje pudo enviarlo alguien que pretendía ocultar su rastro o ganar tiempo respecto al momento en que se iniciase su búsqueda.
En este sentido, Juan Manuel Medina, letrado que representa a los familiares de la desaparecida en España y colaborador de la Asociación SOS Desaparecidos, ha señalado a EFE que este tipo de mensajes son un proceder "relativamente manido" con el que se intenta "borrar el rastro de una persona y aparentar que es una huida voluntaria".
Las investigaciones paralelas del FBI: investigan los movimientos del marido de Ana María
Los familiares de Ana María ya están personados como acusación particular en la causa después de que el consulado de España en Miami les otorgase un poder para pleitos, pero aún no han podido conocer los detalles de la investigación que obran en poder del Juzgado.
Agentes del FBI colaboran desde el primer momento en la investigación y las pesquisas desarrolladas, estando previsto que en los próximos días, con la cooperación de la empresa que alquilaba la vivienda en la que residía Ana María, reciban los enseres personales que tenía en Madrid.
Principalmente, será para a entregárselos a sus familiares, residentes en Florida, aunque fuentes consultadas por EFE no descartan que los analicen previamente para tratar de obtener nuevas pistas sobre su paradero.
Precisamente, es una corte del condado de Broward, del sureño estado estadounidense, la que está valorando la petición para que Juan Felipe Henao, hermano de Ana María, sea designado como gestor de su patrimonio, que incluye inmuebles valorados en varios millones de dólares y dos empresas, --una inmobiliaria y una tecnológica--, que compartía con su esposo.
Ello se debe a que sospechan que David, quien creen que se encuentra en Serbia, ha estado, en efecto, liquidando los bienes compartidos con la desaparecida.
Según las citadas fuentes, a principios de año Ana María le comunicó a una amiga cercana que había llegado a un acuerdo con David para dividir su patrimonio de forma equitativa tras el divorcio. Sin embargo, los familiares alegan que en esa misma época vendió varias propiedades y aparentemente se quedó con los beneficios, por lo que temen que pueda seguir llevando acciones de este tipo.
El tribunal estadounidense aún no ha tomado una decisión acerca de la concesión de esta medida a su hermano, quien alega que así podrá salvaguardar el patrimonio de la desaparecida.
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