Detenido en Madrid un joven de 26 años por captar a menores para crear contenido pedófilo

Segunda operación contra la pornografía infantil que hemos conocido este sábado 3 de febrero. Después de informar de que la Policía Nacional ha detenido a un hombre en Palma por tener casi 10.000 fotos y vídeos, otra persona ha sido arrestada en Madrid.

La Guardia Civil ha comunicado que ha detenido a un vecino de la capital española, de 26 años, por engañar y captar a niños para generar contenido pedófilo. Se le acusa, por tanto, de varios presuntos delitos sexuales y corrupción de menores.

En el marco de la 'Operación Retobux', los agentes han localizado los dispositivos y soportes de almacenamiento que utilizaba el chico. Están analizando ya más de 300 gigabytes de información que contenían.

Aunque las víctimas identificadas hasta el momento residen en España, también se ha descubierto a menores de otros países. Todavía se les está identificando. El caso pudo ser detectado gracias a una denuncia presentada en un pueblo de Jaén.

Los tutores legales de dos niños de 8 y 11 años los pillaron realizando videollamadas con otra persona, pero desnudándose ante la cámara y realizando diferentes actos sexuales. La labor de la Benemérita pudo determinar que el solicitante de estos vídeos residía en Madrid.

Resulta que ese no era un hecho aislado, pues se dedicaba, de forma masiva, a conseguir material pornográfico infantil. Contactaba primero por redes sociales con los pequeños. Seleccionaba a los que tenían cierta exposición en sus perfiles.

Se hacía pasar por una niña que quería amistad

Una vez que les hablaba por privado, se hacía pasar por una niña de su edad, que quería entablar una amistad con ellos. Al principio, sus conversaciones eran breves y aparentemente normales, pues buscaba conocer las preferencias y gustos de las víctimas.

Todo formaba parte de su estrategia de engaño. Les hablaba de aplicaciones y videojuegos online. Cuando veía que ya se había ganado más su confianza, les proponía una serie de retos con mayor carácter sexual progresivamente.

A cambio de realizarlos, según sus indicaciones, les prometía premios como mejoras especiales en juegos o apps. Por ejemplo, habilidades exclusivas que podía dar a personajes o subidas de nivel. Ya que esos elementos sólo estaban disponibles mediante pago.

Su último paso era solicitarles fotografías y vídeos pornográficos. Cuando accedían a posar desnudos ante la pantalla, el joven realizaba capturas para almacenar esas imágenes sin necesidad de envíos. Luego, coaccionaba a los menores para que siguieran actuando así.

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