La Estación Fantasma de Chamberí celebra Halloween contándoles una leyenda terrorífica a sus visitantes. La historieta, que trata sobre un último viajero que se queda atrapado en la parada de Chamberí el día que cerró sus puertas definitivamente en 1966, será el hilo conductor para conocer cómo funcionaba el suburbano en el pasado. Cuando este misterioso personaje comienza a sospechar que su encierro ha sido malintencionado, resucita antiguas leyendas que se irán desarrollando y viendo a lo largo del recorrido, desde el inicio de la visita hasta el andén de la parada.
Según cuentan algunos madrileños, durante los más de 40 años que la estación de Chamberí permaneció cerrada, numerosas historias y cuentos surgieron para hablar de la presencia de fantasmas y personajes de terror en este espacio. Todas esas anécdotas se recuperan este año para los apasionados de las historias de miedo.
Para aquellos interesados en participar en la actividad, recomendada para mayores de 12 años, tendrán que inscribirse a través de la web de los museos de Metro, ya que el aforo para cada visita es limitado: https://museosmetromadrid.es. Las sesiones serán el viernes 27 de octubre, desde las 16:00 hasta las 24:00 horas, y los días siguientes, de 10:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 24:00 horas.
Durante la visita, además participarán seis actores que caminarán por la estación, debidamente ambientada, disfrazados de diferentes criaturas inspiradas en obras literarias y fábulas de miedo.
La estación de Chamberí fue el primer proyecto de Metro de Madrid. Era conocido como Andén 0 y unía a Sol con Cuatro Caminos. Desde 1919 hacía su recorrido desde Iglesia hasta Bilbao con cuatro vagones pero, cuando planteó ampliar los andenes para utilizar hasta seis vagones, se encontró a la estación de Chamberí demasiado defectuosa. Estaba muy cerca del resto de paradas y el suelo en el que estaba construida no era muy bueno y, además, el andén estaba en curva. De modo que, en 1966 se decidió cerrarla y se abandonó. Se cerraron los accesos al exterior, se apagaron las luces y los trenes dejaron de circular. Y así comenzaron a surgir las leyendas de la estación fantasma de Chamberí.