Adictos al coche en Madrid: Los descuentos en el bono transporte y en los trenes de Cercanías no redujeron la circulación

Madrid es una ciudad con un tráfico de infierno, lo sabe todo aquel que tiene que sacar su vehículo para salir a trabajar. En la M-30 uno puede tirarse horas esperando a que se despeje la circulación. Ya sabemos que contamina y que el planeta no da para más. Pero, a pesar de las medidas que puso en marcha el Gobierno, como la práctica gratuidad de los trenes de Cercanías o el descuento de hasta un 60% en el precio del abono transportes en el Metro y los autobuses urbanos, el uso del coche no ha disminuido.

Así lo demuestra el informe ¿Logró la subvención al transporte público metropolitano sacar coches de las ciudades? realizado por Esade, que analiza el tráfico de vehículos en las entradas de Madrid y en la M-30. La conclusión a la que ha llegado el estudio es que “con la evidencia disponible no se puede afirmar que la subvención al transporte haya reducido el número de coches en las calles de Madrid". Aunque este evita descartar que “los incentivos sí redujeran el tráfico en otras ciudades españolas”. Según la investigación llevada a cabo, "la capital cuenta con la serie más accesible y de más alta frecuencia de tráfico de vehículo privado en circulación”, subraya.

El tráfico de coches sin las ayudas no habría sido mayor, según el informe

El estudio fue realizado entre el 1 de septiembre de 2022 y el 30 de junio de 2023, cuando los descuentos en el transporte público ya estaban en marcha. Pero, a pesar de que el estudio no puede comparar la circulación de coches durante este periodo con el grado de circulación que tuvieron los coches antes de la pandemia, por la falta de datos, la conclusión apunta que si estas ayudas no hubieran existido, el tráfico de coches no habría sido mayor.

Además, recoge que con estas medidas el Gobierno buscaba reducir las emisiones de CO2 que conlleva el uso masivo del vehículo privado. Para ello, la Comunidad de Madrid ofreció descuentos del 60% en el uso de autobuses y de metro pero recalcan que el calado de estas medidas "no se ha podido demostrar", a pesar de que el informe hace distinciones por renta o entre quienes tienen más cerca de casa una parada de metro o de autobús. 

No redujo las rentas de las familias

El grado de poder adquisitivo de los conductores también se tuvo en cuenta para averiguar si unos ingresos más bajos fueron determinantes para que los ciudadanos optaran por utilizar el transporte público bonificado en lugar del vehículo propio, pero tampoco hubo evidencias. Según señala el estudio, la gratuidad y los incentivos al metro y Cercanías no variaron la afluencia de tráfico ni en días laborales ni durante los fines de semana, ni cambiaron las zonas de conducción de los usuarios de automóviles, dependiendo de si estos viven en zonas con poco, medio o elevado acceso al transporte público.

Es por ello que concluye que el presupuesto público destinado a esta medida -700 millones para toda España de los Presupuestos Generales del Estado más las aportaciones de cada gobierno autonómico para cubrir su parte de la ayuda- "no fue útil para aliviar la renta de los hogares", que por entonces sufría los elevados precios del coste de la energía y del combustible para automóviles.

El estudio plantea que si el objetivo era disminuir la carga de los ciudadanos en cuanto al gasto del combustible en los presupuestos de los hogares con menos renta, "políticas de tarifas progresivas o subsidios para grupos de bajos ingresos podrían haber sido efectivas que subvenciones generales".

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