El Ayuntamiento de Madrid ha precintado este miércoles la discoteca KLK-4K del madrileño distrito de Tetuán, que seguía funcionando pese a tener una orden de cierre desde 2022, según han confirmado a Europa Press fuentes municipales.
Además, un cartel de la Agencia de Actividades del Consistorio se ha colocado en la puerta esta mañana a las 10 horas que indicaba que, la actividad de dicho local, situado en número 6 de la calle de Nuestra Señora del Carmen, ha quedado precintado por resolución de la autoridad judicial.
El cartel también advierte que la retirada o destrucción de dicho precinto y la reanudación de la actividad de la discoteca sin una nueva autorización está tipificado como una infracción administrativa, según el artículo 204.2 de la Ley del Suelo de la Comunidad de Madrid. Este quebrantamiento de la ley conllevaría una multa de 3 millones de euros.
La discoteca de Tetuán acumulaba ya varias decenas de quejas de los vecinos por exceso de ruidos, suciedad y peleas. Hay que añadir que, en 2021, el local sufrió un incendio en el que no se registraron heridos. Pero no fue hasta el año pasado que el Ayuntamiento decidió decretar una orden de cierre que no se había ejecutado.
Ha sido a raíz de los incendios de dos discotecas hace unas semanas en Murcia, en los que murieron 13 personas que el Gobierno local ha anunciado el endurecimiento de los controles de los recintos sobre los que pesa alguna orden de clausura.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, afirmó el pasado jueves que hasta el momento en la capital no había ningún local que tuviera una orden de cierre por razones de seguridad y que en estos momentos no estuviera clausurado. No obstante, informó de que se iba a proceder al cierre de esta discoteca por motivos sustentados en que "las instalaciones podrían no estar previstas en el proyecto original". Pero precisó que habían recibido una resolución del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) que daba un plazo de tres días a los propietarios para que pudieran hacer alegaciones, por lo que tenían que esperar.
Y aunque el dictamen judicial sobre esta sala de fiestas del barrio de Berruguete continúa pendiente de resolución por parte de la magistrada del Juzgado de Instrucción número 6 de Madrid, hoy se ha ejecutado el precinto, según han indicado a Europa Press fuentes judiciales.
La asociación SOS Bravo Murillo, "tras tres años de lucha y muchos meses de orden de cierre desatendidas", ha celebrado la "victoria vecinal" su clausura. Eso sí, han lamentado que en el cartel de precinto los funcionarios hayan tachado a mano la palabra obra y hayan escrito la de actividad". "Debe ser tan inusual que no tenían ni un modelo para este caso y han tenido que garabatear a boli la orden de precinto", han indicado en sus redes sociales.