Las imágenes de la agresión de Noelia de Mingo a la cajera de un supermercado en El Molar
Entró con un cuchillo escondido y lo sacó una vez en el interior del establecimiento
En 2003 la doctora mató a tres personas e hirió a otras cinco en la Fundación Jiménez Díaz
Las víctimas de la última agresión solicitan que la facultativa permanezca ingresada de por vida
Noelia de Mingo llevaba un cuchillo escondido cuando entró en el supermercado Maxcoop situado en la avenida de España 41 de la localidad madrileña de El Molar, el 20 de septiembre de 2021. Lo sacó una vez dentro, lo que hace pensar que fue un hecho premeditado. Primero se dirigió a un cliente, al que intentó apuñalar. La encargada vio lo que ocurría y llamó la atención de la agresora, que se dirigió hacia ella. Le asestó dos cuchilladas en el costado y después salió corriendo hacia una farmacia contigua, donde hirió a otra empleada a la altura de la clavícula.
Agentes de la Policía Local consiguieron reducirla y fue detenida por la Guardia Civil. Sanitarios del Summa atendieron a las dos víctimas, que fueron trasladadas a distintos hospitales. Las imágenes fueron grabadas por las cámaras de seguridad del supermercado y han sido difundidas este lunes en exclusiva por el Programa de Ana Rosa en Telecinco.
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En la secuencia se ve cómo varios testigos presenciaron lo que ocurría. Unos huyeron, otros se escondieron y algunos observaban atónitos la secuencia. Fueron minutos de mucha tensión. El 3 de abril de 2003 la doctora acabó con la vida de tres personas en la Clínica de la Concepción en la que trabajaba y acuchilló a otras cinco.
La facultativa era residente en reumatología en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid. Fue condenada a 25 años de prisión. Tras ser diagnosticada de esquizofrenia, pasó 14 años internada en el centro penitenciario psiquiátrico de Fontcalent (Alicante). Era una interna modelo. Su comportamiento siempre fue bueno y no tuvo ningún brote mientras estuvo en la prisión.
En 2017, la Justicia decidió que podía vivir en libertad, con tratamiento ambulatorio y custodiada por su familia. Desde entonces vivía con su madre, que era quien debía vigilar que la doctora tomaba la medicación para evitar nuevos brotes. Le acababan de diagnosticar que padece un cáncer. Hacía seis días que le habían suministrado la medicación en el hospital, que se hace una vez al mes por vía intravenosa. Aún así, su intención era matar de nuevo.
Enfermedad mental crónica
De Mingo había planeado durante dos meses el ataque a sus compañeros de trabajo. Fruto de su enfermedad se había obsesionado con ellos y pensaba que le espiaban. Según su relato, fue en 2001 al salir de una obra de teatro cuando empezó a escuchar voces dentro de su cabeza. Le diagnosticaron una enfermedad mental crónica.
El 3 de septiembre -días antes de producirse el episodio El Molar-, sus psiquiatras habían elaborado un informe en el que señalaban que la paciente "no presentaba descompensación psicótica". Igual que el Instituto de Medicina Legal, que la emplazaba para una nueva valoración en un periodo de tres meses.
Tras este nuevo ataque, la jueza de Instrucción número 2 de Alcobendas ordenó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza por la presunta comisión de un delito de homicidio en grado de tentativa y atentado a un agente de la autoridad. Regresó a la prisión de Fontcalent, donde las víctimas piden que permanezca lo que le queda de vida para minimizar posibles riesgos a la ciudadanía.