La madre de los niños de Godella ya sufrió un brote psicótico sin diagnosticar en 2016

Informativos Telecinco | Agencias 24/03/2019 11:32

María Gombau no estaba diagnosticada de ningún trastorno mental. Sin embargo, según ha podido saber el diario 'El País', fuentes cercanas a la joven aseguran que el brote psicótico que pudo haber sufrido el día que presuntamente mató a sus hijos, de cinco meses y tres años y medio, no fue el primero. Ya en 2016, dicen, tuvo uno, que superó sola, sin tratamiento.

El segundo podría haber ocurrido el día de la muerte de los niños. Aunque se desconoce aún la evaluación psiquiátrica de la forense, las primeras investigaciones desvelan que María podría haber sufrido un brote psicótico la noche en la que presuntamente mató a los pequeños golpeándoles en la cabeza tal y como reveló la autopsia, que señala que ambos tenían varias fracturas y traumatismos en el cráneo. De hecho, el mayor presentaba 20 traumatismos en la parte de la cabeza.

Tras horas de búsqueda, los agentes la encontraron encerrada en un bidón de agua.

Aseguran que estaba en shock y balbuceaba y que era imposible sacarle algo coherente en relación al paradero de sus hijos. Ya en el cuartelillo, la mujer confesó dónde había enterrado a los pequeños, sin dar detalles de cómo murieron, pero argumentandole que el 'Creador' le mandó hacerlo.

Más tarde sería trasladada al Hospital de Llíria, donde estuvo tres días ingresada en la unidad psiquiátrica. Ahora se encuentra aislada en el módulo de Enfermería de la prisión de Picassent y se le ha aplicado el protocolo de prevención de suicidios.

Brote en prisión

Allí, tras unos días de aparente normalidad, la presunta parricida habría sufrido un cambio radical. La mujer tuvo que ser reducida por varios funcionarios al sufrir un nuevo episodio violento donde la habría emprendido a patadas y puñetazos contra los trabajadores de la prisión. En su delirio, pidió hablar con sus hijos y acusó a los médicos de la prisión de envenenarla.

Los funcionarios de la prisión de Picassent aseguran que María no está tomando medicación ninguna porque la cárcel no dispone de psiquiatra, solamente una persona que acude un par de veces el mes. "María todavía no ha sido diagnosticada ni está tomando medicación, con lo cual no sabemos lo que ha podido pasar por su cabeza", dicen sobre el episodio.

La evaluación psiquiátrica de la forense que dictaminará si la joven sufría un brote psicótico en el momento de los hechos y si está capacitada para trabajar en la reconstrucción es clave para el caso ya que si determina que ella sufre algún problema psicótico podría no ser imputable.

Por su parte, Gabriel Carvajal, el padre de los niños, también en prisión, se muestra tranquilo y nunca habla de sus hijos. Dice que él no los mató y ha pedido a su familia que se traslade a Valencia para ayudarle con la defensa. Según el diario 'El País', él sí está diagnosticado de un trastorno límite de la personalidad y los vecinos aseguran que su comportamiento era violento.

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