Los vecinos oyeron los gritos de auxilio de Andrea, arrastrada por su exnovio
Pasaban unos minutos de la 6 de la mañana del sábado 23, cuando unos gritos desesperados alertaron a varios vecinos casi en el centro de Vila-real (Castellón). Alguno pudo ver a un hombre que arrastraba del pelo a una mujer hasta meterla en un coche rojo. Pedía auxilio, que llamaran a la policía. Era Andrea intentando zafarse del que fuera su novio Víctor, que al parecer la amenazaba con una navaja. El mismo arma que los investigadores han encontrado entre los restos del coche empotrado contra el surtidor de una gasolinera de Benicàssim, en el que iban ambos, muertos en el acto. Un arma que según la madre de Andrea, Inma, el exnovio de su hija usó para rajarle las ruedas junto a la comisaría de policía, después de que animara a su hija a denunciarlo por maltrato.
Pasó todo muy rápido, dicen los testigos. Apenas dió tiempo a reaccionar. Pero hubo un hombre que en su afán por parar la agresión, lanzó una estufa por la ventana intentando frenar el coche. Otros pudieron tomar la matrícula y avisar a la policía. Pero el coche rojo emprendió la carrarera, incluso, chocando con un contenedor de basuras en la calle. Fue directo hacia la N-340, no muy lejos del lugar de los hechos.
Apenas 20 minutos después ocurría: el vehículo impactaba brutalmente en la gasolinera, incendiandose. La Guardia Civil, que se hizo cargo de la investigación del siniestro, no ha encontrado huellas de frenada, ni indicios de que el conductor quisiera evitar el golpe. Al identificar los cadáveres, y saber que Víctor tenia una orden de alejamiento de 200 metros y de no comunicación con Andrea, la investigación viró hacia un posible crímen machista de manos de Policía Nacional.
Andrea acababa de cumplir horas antes 20 años. Su exnovio tenía 28 y no dejaba de acosarla, dice su familia, desde que decidió cortar con la relación y los malos tratos en noviembre. Intentó atropellarla, cuenta la madre de Andrea, y por eso decidieron formalizar la denuncia. La valoración de riesgo fue medio y a consecuencia de la misma se impuso el alejamiento a menos de 200 metros, pero también protección de policía Nacional y Local. Andrea confiaba en que la librarían de sus amenazas. Este martes la entierran.