¿Qué probabilidad tengo de que me toque el Gordo de la Lotería de Navidad?
Ya está todo preparado en el Teatro Real para la celebración del sorteo de la Lotería de Navidad
José Luis Muñoz, de la Sociedad Madrileña de Profesores de Matemáticas, nos explíca la probabilidad de que nos toque el Gordo
Pese a las probabilidades matemáticas, la esperanza de conseguir un premio con la Lotería de Navidad vuelve un año más
El Gordo de la Lotería de Navidad saldrá mañana, 22 de diciembre, al escenario del Teatro Real en otra esperada ocasión para la que todo el mundo reclama suerte. Ya está todo preparado, y apenas se ultiman los últimos detalles del sorteo, que este año volverá a tener público, aunque con estrictas restricciones por la escalada de los contagios y la compleja situación epidemiológica de España, inmersa en plena sexta ola del coronavirus.
Aferrándose a la esperanza de que toque algo, muchos ya tienen todos sus rituales en marcha, aferrándose a las supersticiones más curiosas con tal de atraer algo de fortuna. Y falta hace, porque si a lo que recurrimos es a la ciencia… las matemáticas concretamente no son muy benévolas con nuestras probabilidades de éxito.
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La probabilidad de que nos toque el Gordo, explicada con una bolsa y granos de arroz
Informativos Telecinco ha trasladado el sorteo de la Navidad a la calle para hacer la prueba, y como explica José Luis Muñoz, de la Sociedad Madrileña de Profesores de Matemáticas, las probabilidades que tenemos de que nos toque el Gordo, efectivamente, son ínfimas; tan mínimas como sacar un minúsculo grano de arroz azul de un saco con 100.000 granos de arroz blanco.
“Una entre 100.000. Es encontrar el granito coloreado entre todo el montón de granos”, señala. Y en la calle la prueba pronto frustra a quienes intentan meter la mano en el saco para encontrar su premio: “Nada”. “No soy muy afortunada”. “Seguimos siendo pobres este año”. “No me quiere la bolsa”, señalan los que han intentado hallar suerte en esta prueba ilustrativa.
La cosa cambia un poco cuando en la prueba añadimos todos los premios en la bolsa de arroz, incluyendo los reintegros, aumentando la ilusión: “Me ha salido un reintegro. Me tocan granos de arroz, pero luego la lotería no”, cuenta una joven, mientras otra mujer deja claro que no hay que perder la fe: “Hay que jugar, por si acaso”.
En el caso del matemático José Luis, –hombre de poca lotería–, va a probar este año: “He comprado el décimo del trabajo. Si toca, al menos no me quedaré con cara de tonto”, explica, porque a alguien le tiene que tocar… y eso también es matemático.