Por mucho que sepamos que la probabilidad de ganar el 'Gordo' de la Lotería de Navidad es ínfima, nada nos impide soñar despiertos y planificar todo lo que haríamos si nos convirtiéramos en millonarios de la noche a la mañana. Otra cosa es lo que haríamos en realidad si esto ocurriera: el 'subidón' puede llevarnos a cometer más de una locura y a despilfarrar el dinero en pocos meses, algo que es mucho más frecuente de lo que pensamos y que ha provocado la más absoluta de las ruinas para muchos agraciados. Claro que estas personas siempre podrán argumentar que nadie les podrá 'quitar lo bailado', pero, por si acaso, es mejor tener claro cuál es la mejor estrategia en estos supuestos. ¿Cómo y dónde invertir un premio de Lotería de Navidad? ¿Qué debes hacer para invertir de manera inteligente?
Puede parecer un sinsentido, pero ganar la Lotería o cualquier otro premio importante no siempre es sinónimo de ganar riqueza, o al menos no a largo plazo. Prueba de ello es la larga lista de personas que terminaron con menos dinero en su cuenta bancaria después de ganar un premio de este tipo. Más allá de estos casos sonados, es un hecho que el 70 por ciento de los agraciados en estos sorteos terminan más pobres de lo que empezaron, algo que ocurre, de media, a los 5 años de obtener el premio. Afortunadamente, existen excepciones y formas inteligentes y seguras de invertir el dinero obtenido.
Si te conviertes en el único lector de este artículo que gana el 'Gordo' de la Lotería de Navidad este 2021, el primer consejo que te dará cualquier especialista en inversión es que controles tus impulsos más primarios. El segundo, rodearte de las personas adecuadas y mantener la mente fría, algo que no siempre e fácil. Son frecuentes las presiones de familiares y amigos, así como la llegada de 'oportunidades' de inversión de dudosa garantía que pueden llevarte a la ruina.
Como mínimo, ganar la lotería nos obligará a pensar en qué hacer con todo ese dinero. En este sentido, tal y como recuerdan desde BBVA, lo mejor es ser discreto. Esto no quiere decir que no podamos contar a las personas de nuestra máxima confianza que hemos ganado un premio, pero es importante tomarse un tiempo para reflexionar y no pregonarlo a los cuatro vientos: incluso las entidades financieras no tardarán en intentar captar tu dinero para convertirse en sus gestores.
Lo siguiente es rodearse de asesores de confianza, tanto si sabemos lo que hacer con el premio como si no, aunque puede ser conveniente tener una idea previa y hacer un estudio de mercado para poder valorar con cierto criterio los consejos que nos ofrezcan. En cualquier caso, contar con la experiencia de un asesor o equipo de asesores en la gestión de patrimonio e inversiones es casi imprescindible, así como asegurarnos de que se trate de personas de confianza, respaldadas por avales y por una trayectoria previa.
Una vez tengamos claro quién nos ayudará a gestionar nuestro nuevo patrimonio, el primer paso lógico es saldar las deudas pendientes, aunque hay que valorar cada caso concreto. Por ejemplo, en caso de que tengas una hipoteca, puede que, en un escenario de intereses bajos como el actual, resulte más rentable seguir pagando las cuotas y usar el dinero ganado para invertir en productos rentables que hagan crecer tu dinero. Otra opción es ir amortizando parcialmente la suma debida, reduciendo el tiempo de pago de la hipoteca. En cualquier caso, será necesario realizar simulacros y plantear distintos escenarios teniendo en cuenta en qué pensamos invertir y cuanto podemos ganar con ello.
En el caso de préstamos de consumo, los elevados intereses dibujan un escenario distinto y probablemente sea mejor liquidarlos. Ni que decir tiene que, si existen deudas ejecutivas (normalmente, con cuantiosos intereses de demora), saldarlas debe ser la prioridad máxima.
En cuanto a los supuestos de reparto del premio (por ejemplo, si se ha comprado la participación entre dos personas, o cuando queramos repartirlo por voluntad propia con amigos o familiares), lo más conveniente es tomar la decisión antes de que se tramite el cobro del premio. Para ello, hay que comunicar al inicio del proceso quiénes son los titulares legítimos del décimo o décimos: de esta forma se evitarán sustos con Hacienda y el necesario pago del impuesto de Donaciones si somos el único titular y realizamos el reparto más tarde.
Eso sí, lo que no podrás evitar (ni tú ni ninguna de las personas que reciban parte del premio) es el pago de un 20 por ciento de la cuantía a Hacienda, un porcentaje que viene marcado por ley para todos los premios que superen los 40.000 euros.
Ya solo resta invertir y, en este sentido, los expertos recomiendan diversificar como regla de oro. Poner todos los huevos en la misma cesta (por segura que parezca la inversión en cuestión) nunca es buena idea, ya que el riesgo que se corre es elevado. Además, habrá que analizar tu perfil de riesgo, que dependerá de tus intereses, de tu umbral de tranquilidad, de tu edad... Para los menos arriesgados, existen opciones como los depósitos de ahorro a largo plazo, los planes de pensiones, deuda corporativa, compra de arte, adquisición de bienes inmuebles como inversión...
En todos estos casos, la rentabilidad no es el único factor importante: también lo es la posibilidad de rescatar el dinero y convertirlo en líquido, así como la tributación de cada operación, sin olvidar nuestra responsabilidad social y la posibilidad de favorecer con nuestro dinero a sectores o causas que resulten acordes a nuestros intereses y preocupaciones. Además, determinadas operaciones, por su repercusión social, pueden resultar muy beneficiosas a nivel fiscal.
Por último, no hay que olvidar la necesidad de reservar una cantidad de dinero líquido para poder hacer frente a nuestros gastos corrientes y a posibles imprevistos: es importante aprender a gestionar el dinero disponible en nuestra cuenta sin recaer en excesos, sin que mantenerlos en inversiones intocables se convierta en una forma de evitar romper la hucha.