Aunque el primer sorteo de la lotería moderna se celebra en Cádiz en 1812, la denominación de "Sorteo de Navidad", no aparece hasta 1892 y debido a su éxito, cinco años después, en 1897, las autoridades deciden incluir el nombre en los décimos de este sorteo para diferenciarlo de los demás.
En la Lotería de Navidad, todos buscamos el número de la suerte; el número que los niños de San Ildefonso saquen del bombo con el Gordo de Navidad y cada persona tiene su número de la suerte, casi siempre ligado a un acontecimiento deportivo, social o incluso a una tragedia natural, como la fecha de un terremoto o una inundación y en otras ocasiones, relacionados con la fecha de nacimiento o el aniversario de boda.
Por ejemplo, en la administración de Barquillo 10, una de las más antiguas de Madrid; que ya repartió el gordo de Navidad en 1970 y el segundo premio de El Niño en 1988, su encargado, Rafael Herrero, nos dice: “Me han pedido todo tipo de números; incluso vino un señor que llamó a la policía porque el número que quería estaba reservado por un abonado y no se lo podía dar. Con el número premiado con el gordo de Navidad del setenta, pasó una cosa muy curiosa; había un cliente que llevaba abonado a ese número desde hacía muchos años y unos meses antes lo dejó porque no tocaba y casualidad o no, pero tocó el gordo”.
Rafael lleva cuarenta y cuatro años en esta administración y nos confiesa que le ha sucedido todo tipo de anécdotas: “Llevo aquí desde los catorce años y he visto pasar a varias generaciones de clientes; de hecho, tenemos personas que están abonados al número que jugaba su bisabuelo y que la familia ha querido seguir jugando, pasando de padres a hijos. También me acuerdo mucho del banquero, David Fierro, que cada semana se llevaba un billete completo o un señor que como era muy mayor, me reservaba los décimos por teléfono y yo se los guardaba, pero cuando falleció, vinieron sus hijos a pagar la deuda y cuando les dije que eran 2.000 pesetas empezaron a criticar a su padre por su afición a la lotería, pero cuando les dije que tenía un décimo premiado de 18.000 pesetas les cambió la cara”.
Según estudios realizados por Lotocinco, las nuevas tecnologías nos han cambiado las costumbres y la lotería online es una prueba evidente de ello; cada vez más personas prefieren comprar la lotería por internet porque les resulta más cómodo hacerlo desde su domicilio o desde su trabajo. En el perfil los clientes de Lotocinco, el rango más activo es de un varón de 35 a 45 años que gasta de 65 a 70 euros, pero con la Lotería de Navidad, pasa lo mismo que con la compra de billetes de avión por internet cuando se acercan las vacaciones, que se igualan ambos sexos y tenemos clientes de todas las edades por igual; incluso muchas personas poco familiarizadas con internet.
Para el próximo sorteo de la Lotería de Navidad 2011, Telecinco ha creado dos Peñas ideadas para atraer a la Diosa Fortuna: