Lotería de Navidad 2022: ¿qué obra de arte acompaña a los décimos?
Cada año una nueva obra de arte ilustra los décimos de Lotería de Navidad
En el caso de este 2022, el cuadro elegido es 'La Virgen con el Niño en la Gloria'
Esta obra se atribuye al artista Carlo Maratti y data de la segunda mitad del siglo XVII: muestra a la Virgen María sosteniendo al Niño Jesús
A medida que avanza el otoño, las costumbres asociadas a la Navidad van ganando cada vez más terreno: los polvorones en el supermercado, los anuncios en todas partes, las iluminaciones en las calles, las castañas asadas... y, por supuesto, la presencia de la Lotería de Navidad en nuestras vidas. Aunque lo cierto es que pueden comprarse décimos para este sorteo desde el pasado verano, normalmente comenzamos a ponernos las pilas una vez entra el frío y se acerca la temporada navideña. Grupos de amigos y familiares se organizan para compartir sus participaciones y dar así un color más emotivo a la participación en este sorteo. Parte de la tradición tiene que ver con el propio diseño de los décimos de Lotería de Navidad, que varía cada año y que suele contener alguna obra de arte destacada como motivo decorativo. ¿Qué obra de arte acompaña a los décimos de Lotería de Navidad 2022?
Lotería de Navidad 2022: ¿Qué obra de arte acompaña a los décimos?
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Los décimos de Lotería de Navidad 2022 contienen la imagen de una obra clásica atribuida al artista Carlo Maratti: se trata de 'La Virgen con el Niño en la Gloria', un óleo sobre lienzo de 221 x 150 cm, que data de la segunda mitad del siglo XVII. En ella podemos ver a la Virgen María sentada sobre un trono de nubes, sosteniendo en sus brazos al Niño Jesús. Tal y como explica Lotería Manises, aunque esta obra se inspira en otras anteriores, su composición, así como la delicadeza y naturalidad de los rasgos y expresión de la Virgen y del Niño Jesús, hacen que se la considere una de las más importantes dentro del repertorio de este artista. Además, el Niño Jesús levanta los dedos como si realizara la bendición urbi et orbi, popularizada después por el Papa de Roma.
En cuanto a Maratti, este pintor italiano es considerado uno de los máximos representantes de la tendencia clasicista en la segunda mitad del siglo XVII. Museo del Prado nos explica que Maratti nació en Camerano, Ancona, en 1625, y que llegó a Roma en 1636, entrando poco después en el taller de Andrea Sacchi. Su formación estuvo encaminada desde sus primeros años a la pintura clasicista, preconizada por su maestro y por el círculo de sus amigos, entre los que se encontraba Nicolas Poussin. Su primera obra pública data de 1650: se trata de 'La Natividad de San Giuseppe dei Falegnami'. Esto demuestra que era ya conocido, a pesar de su juventud, en el ambiente artístico romano.
Aún en el taller de Sacchi, con quien colabora en los frescos del Baptisterio de San Juan de Letrán, comienza a realizar, a lo largo de la década de 1650, trabajos de importancia en algunas iglesias romanas, como San Isidoro Agricola, la basílica de San Marcos, Santa Croce in Gerusalemme, y la Galeria del Palacio del Quirinal. A la muerte de Sacchi en 1661, Maratti ya era una de las promesas del sector clasicista y formó el taller que recogió en la segunda mitad del siglo XVII los encargos más importantes del sector oficial de la Iglesia y la aristocracia.
Su trabajo también puede observarse en la Capilla del Bautismo del Vaticano, y realizó también importantes retratos de aristócratas ingleses que viajaban a Roma en su 'Grand Tour', un viaje por Europa que realizaban los jóvenes adinerados en aquella época con el fin de formarse y conocer el continente.
La obra que nos ocupa fue comprada por la Colección Real bajo el reinado de Felipe V. Llegó al Real Museo del Prado a finales del siglo XVII e inicialmente se catalogó como una copia, pero con el tiempo se solventó este error y se atribuyó al propio artista. Actualmente, a pesar de pertenecer a la colección del Museo del Prado, se encuentra en depósito en la iglesia de San Jerónimo el Real.