A pocos meses de que se celebre la Lotería de Navidad, muchos ciudadanos ya sueñan con cómo les cambiaría la vida el premio Gordo. Cada año, los afortunados comparten los planes de su nueva vida con el premio, pero muchos de esos sueños acaban truncados.
El Fondo Nacional para la Educación Financiera (NEFE), asegura que el 70 por ciento de los ganadores de una lotería se gasta todo el premio en solo cinco años.
En España, José Luis Rodrigo, un comerciante textil, fue uno de los afortunados a los que le tocó el premio Gordo de la Lotería. Sin embargo, la suerte le duró poco: falleció a los tres días de ganar.
Lara y Roger también fueron afortunados en una lotería millonaria. Con el premio se compraron la casa de sus sueños, un coche y viajaron por todo el mundo. Sin embargo, un extraño incendio truncó sus sueños. El seguro no les cubrió los gastos y su fortuna menguó. A esta mala situación se sumaron las infidelidades del marido, por lo que el matrimonio acabó roto.
Uno de los casos más sonados es el de la estadounidense Evelyn Marie Adams, una empleada en una tienda 24 horas que ganó dos veces premios millonarios.
Llegó a ganar tanto dinero que tuvo que huir de su ciudad, abrumada por las peticiones de dinero de familiares, amigos y conocidos. Esto le generó problemas con su círculo cercano que desembocaron en un problema de ludopatía. Al final, llegó a despilfarrar gran parte de su importante fortuna en los casinos de Atlantic City y acabó en la ruina y con dos trabajos.
Otro norteamericano, Andrew Jack Whittaker Jr, ganó 314 millones de dólares que se sumaron a la fortuna que ya tenía. Sin embargo, con el premio solo le llegaron problemas: intentos de robo, un divorcio, la muerte de su nieta en extrañas circunstancias y problemas de alcoholismo y hasta una demana de un casino por rebotar cheques para pagar sus deudas por el juego.