Juicio en Sevilla por la mujer violada y asesinada: "fue brutal y estaba indefensa"
La policía de Sevilla lo califica como "merodeador sexual" habitual, en el parque de María Luisa. Y allí estaba Francisco Morillo, 46 años entonces, la noche del 23 al 24 de febrero de 2016 , lo ha reconocido ante el tribual, también que se encontró con Sara, de 31. El acusado de su violación y asesinato, ha reconocido que había bebido y tomado cocaína, porque se había peleado con su pareja. Que empezó a hablar con Sara y que ella parecía también confusa. Que tuvieron relaciones sexuales consentidas. Y ahí se queda.
Pero en la primera sesión del juicio en la Audiencia provincial, han hablado tambien los policías que han participado en la investigación. El testimonio del jefe de homicidios ha sido contundente. Ha explicado que la victima "no pudo defenderse, ni pedir auxilio, que el acusado la dejó en el lugar de la agresión desangrándose". El investigador ha explicado que los testimonios recabados sitúan a Morillo en el parque sevillano esa noche, buscando una relación homosexual que no logró. El se ha acogido a su derecho a no declarar cuando la fiscalía le ha preguntado si lo había hecho otras veces.
Según la investigación policial, Sara había tomado un fármaco de efecto ansiolítico y sedante, pero no en dosis letal. Aunque sí le indujo a una paulatina somnolencia. En este estado la encontró el acusado. Las lesiones encontradas en la autopsia son brutales y causaron hemorragias que provocaron la muerte de la mujer. El presunto agresor se marcho dejandola moribunda. Por eso la fiscalía considera el delito de asesinato y pide por ello la pena máxima: prisión permanente revisable. Una petición a la que se suma la acusación particular.
El acusado ya había demostrado conducta violenta que, según la policía, encaja con un perfil de parafilias sexuales relacionadas con la somnolencia. Su pareja, con la que convive desde hace 17 años, lo había denunciado hasta en siete ocasiones, porque después de drogarla, había abusado sexualmente de ella mientras aún estaba inconsciente.
A Morillo se le pudo indentificar y situar en el escenario de la violación porque una jardinera del parque, aficionada a la serie CSI, encontró varios pañuelos de papel con sangre. Los recogió con ayuda de una bolsa limpia, los guardó con cuidado y los entregó a la policía. Allí estaba el ADN del acusado, que fue detenido trece días después de hallar el cadáver de Sara.
Si prospera la petición de las acusaciones, Morillo puede ser el primer condenado a prisión permanente revisable en España, después de que se incluyera esta figura penal en la reforma del Código Penal de 2015. Piden también para él 15 años de cárcel y el pago de 125.000 euros a la familia de su víctima.