Los hijos de Francisca Cadenas pierden la esperanza. Sienten rabia e impotencia tras un año de la desaparición. Siguen reclamando que a su madre se la llevaron casi en la puerta de su casa, tras recorrer este callejón en el que un vecino guardia civil la vio entrar. Francis había cuidado a su hija durante la tarde, y acompañó al matrimonio al coche cuando llegaron para recoger a la pequeña. Por el retrovisor, el agente, explicó a sus compañeros que la vio avanzar por el callejón que desemboca directamente en la puerta de su vivienda. Diego Meneses, el hijo mayor, hoy insiste en que su madre no llegó. Esa tarde, el marido de Francis, y dos de sus hijos, los que vivían con ella, había visto el fútbol en un bar; pero ya habían vuelto cuando desapareció Francis. Se cruzaron en la puerta de la casa y ella le dijo al hijo pequeño que le haría la cena nada más volver. Era cuestión de minutos. No llevaba más que unas mallas y una camiseta, ni siquiera se abrigó a pesar de que hacía fresco. La Guardia Civil hizo inspecciones oculares en las dos viviendas más cercanas, investigó a los vecinos y ahora, tras un año, a ha vuelto a tomar declaración a algunos de esos testigos, vecinos del pueblo. Cada vez que lo hacen, la familia de Francis señala a ese vecino que ha ido a declarar, por eso no quieren que trascienda y el juez ha decretado secreto de sumario. Esta tarde hacen una manifestación en la que los vecinos de Hornachos volverán a pedir que intervenga la UCO que lleva el caso de Manuela Chavero, desaparecida muy cerca, en Monesterio.