Sergei y Maxím son dos voluntarios que están ayudando a los más necesitados en la ciudad de Jarkov mientras es bombardeada por el ejército de Rusia, que se ha comprometido a reducir los ataques sobre Kiev y Chernigov. Los dos buenos samaritanos tienen almacenada comida y ropa para repartir cuando no caen las bombas en la ciudad ucraniana. La máxima que tienen Sergei y Maxím es que nadie se muera de hambre entre las bombas.
"Estamos aquí para asegurarnos que nadie se muere de hambre". Así de rotundos se muestran a la cámara, orgullosos de hacer lo que creen que deben hacer. Los más necesitados, que reciben su ayuda, no saben cómo agradecer todo lo que hacen por ellos. Vitaly, un anciano con problemas de movilidad lo explica entre lágrimas: “Les estoy muy agradecido. Me traen todo lo que necesito”.
La coordinadora humanitaria de la ONU para Ucrania, Osnat Lubrani, informó que han logrado hacer llegar a la ciudad ucraniana de Járkov raciones alimentarias, suministros médicos y artículos del hogar para miles de personas.
"Gracias a nuestra socia la Cruz Roja Ucraniana estos suministros serán entregados a las comunidades más vulnerables de la ciudad de Járkov, gravemente afectada, en particular en zonas como Izium, Balakliia o Chuguov", explicó en un comunicado. Lubrani explicó que han confiado en los sistemas de notificación humanitaria de Ucrania y de Rusia facilitados por la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) para el proceso de entrega.
Desde el inicio de la invasión rusa, el 24 de febrero, la ONU y sus agencias humanitarias han ayudado a más de 890.000 ciudadanos vulnerables, "pero no basta". "Seguimos incrementando nuestras operaciones de ayuda para poder alcanzar a los más necesitados. Para ello las partes nos deben garantizar el paso seguro: no podemos llevar ayuda mientras sigue el bombardeo y haya minas en las carreteras", lamentó.