Tenía 19 años y recolectaba forraje a las afueras de su aldea cuando fue violada por cuatro hombres. Murió en el hospital a causa de las heridas esta semana, quince días después del brutal ataque. Es una de las últimas agresiones sexuales que conmociona a India. El nombre de la víctima no ha sido difundido. Sí sabemos que era una intocable, una dalit, una paria; es decir pertenecía a la casta más baja de la sociedad india. Sus agresores son de castas que se dicen superiores. Una historia que se repite.
La víctima murió en un hospital de Delhi, al que había sido trasladada desde Hathras -a 200 kilómetros de la capital- en el norteño estado de Uttar Pradesh. La ira se ha inflamado tras conocerse la denuncia de la familia: acusa a la policía de incinerar el cuerpo de la víctima en contra de sus deseos y costumbres religiosas. Esto ha desatado las dudas y sospechas sobre la investigación. "Ni siquiera se me permitió ver el cuerpo de mi hija por última vez antes de que lo quemaran", contó su madre a los periodistas, según informa AFP.
Cuatro hombres -de entre 20 y 30 años- fueron arrestados por el ataque. Según el periódico Indian Express, uno de los detenidos pertenece a una rica y temida familia de terratenientes. "El crea problemas, pero nadie dice nada. Bebe, acosa a las mujeres. Todo el mundo tiene miedo a la familia"", contó un testigo citado por ese diario.
La Asociación de Mujeres Progresistas de toda la India acusa: la acción policial "apesta a supremacía de casta", dice. Los 200 millones de dalits, intocables, han sufrido durante generaciones -y pese a que las leyes supuestamente les protegen- la discriminación y humillación a manos de hindúes de castas superiores Los activistas de derechos humanos afirman que con la pandemia del coronavirus han aumentado los ataques contra ellos. Ser además de intocable, mujer, se convierte en una condena.
El jueves, dos días después de su fallecimiento, se difundía la noticia de otra violación grupal contra otra joven. Tampoco pudo soportarlo. Murió camino del hospital. Tenía 22 años y había ido a solicitar su admisión en una escuela local cuando fue atacada por un grupo de hombres. Según ha denunciado su madre, "le rompieron la pierna y la cintura". Ha contado que regresó a casa "muy débil" y que, tras ser traslada a un hospital local, el médico pidió que la llevaran a otro más grande. Había muerto cuando llegó allí. Ella también pertenecía a esa casta, la más baja.
Las noticias han desembocado en protestas en las calles. Cientos de manifestantes han sido detenidos en Uttar Pradesh. "Nos llegan constantemente, sin parar, informaciones de casos de violación", decía uno de esos manifestantes a AFP. También fueron arrestados los líderes opositores Priyanka y Rahul Gandhi cuando intentaban reunirse con la familia de la víctima de 19 años que murió esta semana.
Políticos, estrellas de Bollywood, famosos del cricket, activistas de derechos humanos... han expresado también su rabia. "¿Cuándo terminará esto? Nuestras leyes y su aplicación deben ser tan estrictas que la mera idea de un castigo haga que los violadores se estremezcan de miedo. Cuelguen a los culpables", escribía en Twitter el actor de Bollywood Akshay Kumar. "Levantar la voz para proteger a nuestras hijas y hermanas es lo menos que podemos hacer", añadía.
La violencia contra las mujeres es una lacra en la sociedad india. El año pasado se denunciaron 90 violaciones diarias, según datos de la Oficina Nacional de Registros Criminales. Pero se estima que son muchas más, ya que muchos casos permanecen ocultos porque no se denuncian.
Las últimas noticias se producen meses después de cuatro hombres fueran ahorcados por la brutal violación de una estudiante en un autobús en Delhi en 2012. La joven también murió. El caso se convirtió en símbolo de denuncia contra la violencia que sufren las mujeres en el país. Provocó grandes protestas y cambios en las leyes sobre los casos de violación. Pero los delitos contra mujeres y niñas no han disminuido; sigue imperando una "cultura de la violación", según denuncian activistas de derechos humanos.