La imagen es clara y perturbadora. Con total frialdad un policía de Hong Kong dispara a quemarropa a un manifestante que, al parecer, intenta agredirle. Los gases lacrimógenos, bombas de gasolina y los cañones de agua contra manifestantes han sido hoy la otra cara del aniversario de La República China.
"Un gran grupo de alborotadores estaba atacando a agentes de policía en Tsuen Wan", dijo la policía en un comunicado. “Los oficiales de policía les advirtieron, pero todavía estaban atacando a la policía. La vida de un oficial de policía estaba en grave peligro. Para salvar la vida de él y de otros oficiales, dispararon contra el atacante". Las autoridades han confirmado el uso de la violencia. "Los manifestantes han causado daños en oficinas del Gobierno en varios distritos", ha criticado la Policía, que ha denunciado también acciones contra el sistema de transporte público. Además, ha asegurado que "algunos alborotadores han pegado a transeúntes en diferentes barrios", según la nota recogida por la prensa local.
Miles de manifestantes vestidos de negro, algunos con máscaras de Guy Fawkes, marcharon hacia el Almirantazgo, ignorando la prohibición policial. La violencia ha subido de nivel durante los disturbios que se han generalizado durante casi cuatro meses. "Hay disturbios en Kowloon, la isla de Hong Kong y los Nuevos Territorios", dijo la policía en un comunicado.
La Policía de Hong Kong ha defendido con estos argumentos el uso de fuego real durante las protestas de este martes y ha acusado a los manifestantes de "tomarse la justicia por su mano" durante las movilizaciones, en las que dos personas han resultado heridas de gravedad.
"Los alborotadores han causado daños en oficinas del Gobierno en varios distritos", ha criticado la Policía, que ha denunciado también acciones contra el sistema de transporte público. Además, ha asegurado que "algunos alborotadores han pegado a transeúntes en diferentes barrios", según la nota recogida por la prensa local.
Más de 50 personas han resultado heridas durante la jornada de protestas, que coincide con el aniversario de la proclamación de la República Popular China. Entre estos heridos hay dos en estado crítico, entre ellos un joven de 18 años herido en el pecho por un disparo de agentes de la Policía, que habrían utilizado en al menos dos ocasiones munición real para dispersar las protestas.
Un vídeo difundido por los medios de Hong Kong muestra a un oficial de Policía supuestamente disparando contra un manifestante cuando se le aproxima con una barra. La Policía ha difundido un mensaje en el que alega que el agente sintió que tanto su vida como la de sus compañeros estaba en riesgo.
Una fuente citada por el diario 'South China Morning Post', ha asegurado que la bala alcanzó al joven en el pulmón y ha precisado de cirujía, pero su vida no corre peligro. Así, ha confirmado que los médicos han podido controlar la hemorragia y retirar la bala.
La Policía también ha utilizado gases lacrimógenos para dispersar a grupos de manifestantes en varios puntos de la antigua colonia británica. El grueso de las protestas se han concentrado en la isla de Hong Kong, donde los agentes han estado interviniendo con un cañón de agua al tiempo que un helicóptero sobrevolaba la zona.
Los manifestantes han levantado barricadas y las han incendiado, además de llenar las calles de obstáculos para impedir que los agentes de Policía les siguieran. Como medida de precaución, decenas de estaciones de metro han sido clausuradas y dos centros comerciales han cerrado sus puertas para impedir que los manifestantes se adentraran en los edificios.
La actuación policial durante estos últimos meses de protestas ha recibido críticas por parte de organizaciones defensoras de los Derechos Humanos, en contra del criterio de las autoridades locales y de Pekín, que sostienen que los agentes se han limitado a responder de forma contenida a los desafíos planteados por los manifestantes.
El ministro de Exteriores británico, Dominic Raab, ha sido contundente en su valoración de los últimos acontecimientos y ha apuntado en un comunicado que, "aunque no hay excusa para la violencia, el uso de munición real es desproporcionado y solo sirve para inflamar la situación".
Este "incidente", ha añadido, "subraya la necesidad de que haya un diálogo constructivo para resolver las preocupaciones legítimas de la población de Hong Kong". "Necesitamos que haya contención y una reducción de las tensiones tanto por parte de los manifestantes como de las autoridades de Hong Kong", ha afirmado.
El responsable de Amnistía Internacional en Hong Kong, Man Kei Tam, ha considerado "alarmante" el disparo contra un manifestante, por lo que ha reclamado a las autoridades una investigación "rápida y efectiva" de lo ocurrido. En este sentido, ha recordado que "la Policía solo debería usar la fuerza letal en respuesta a una amenaza inminente" y "solo como último recurso".
Casi cuatro meses de enfrentamientos callejeros y manifestaciones han sumido a la ex colonia británica en su mayor crisis política en décadas y representan el desafío popular más serio para el presidente Xi Jinping desde que llegó al poder.
Los manifestantes habían prometido aprovechar la oportunidad en el Día Nacional de China para impulsar sus llamados a una mayor democracia en el escenario internacional. "No venimos a festejar, venimos a ganar”, gritan unos jóvenes que no quieren parar. Decenas de personas han resultado heridas.