Las siete vidas de Donald Trump

  • Trump no solo ha vuelto a la primera plana de la política sino que en estos momentos sigue siendo la referencia de su propio partido, está pensando cómo afrontar las elecciones de 2022, y quizá presentarse de nuevo a las de 2024

La absolución del segundo impeachment ha sido una más de las caídas “panza arriba” del expresidente Trump. Su derrota en las últimas elecciones no solo no le ha supuesto una disminución de popularidad entre sus seguidores sino que el resultado de los dos juicios políticos a los que ha sido sometido le mantienen al frente del Partido Republicano con una posición reforzada.

La carrera profesional del exmandatario ha sido una gincana de la que habitualmente ha salido ganador. Y si bien su trayectoria vital y política ha transcurrido, en numerosas ocasiones, al filo del alambre, al final ha conseguido sortear los obstáculos y legar incólume a la meta. De hecho, ¿quién iba a suponer que un presidente que dejaba el cargo con su peor índice de aprobación en cuatro años (34%) y a quien los analistas políticos y medios daban por enterrado resurgiría como si nada hubiera ocurrido tras un segundo impeachment?

Y es que Trump no solo ha vuelto a la primera plana de la política sino que en estos momentos sigue siendo la referencia de su propio partido, está pensando cómo afrontar las elecciones de este en 2022, presentarse de nuevo en 2024 -algo que no ha descartado aún- y tomar represalias contra aquellos que votaron en su contra estos días atrás.

Revancha

Los 7 de los 50 senadores republicanos que votaron para condenar a Trump, el sábado pasado, ya se enfrentan a las críticas de sus compañeros de partido y, especialmente, de los seguidores más acérrimos. Tanto Burr (senador por Carolina del Norte) como Cassidy (Luisiana) han sufrido reprobaciones por parte del partido Republicano en sus respectivos estados.

También los diez congresistas republicanos que votaron a favor del impeachment, como Liz Cheney (Wyoming), están siendo acosados y puestos en la diana para que en las próximas elecciones sean sustituidos por otras personas del partido.

Apoyo de las bases

Pero no son solo los pesos pesados del Partido Republicano los que respaldan al exmandatario. Como desvelaba Gallup hace unas semanas, el apoyo de Trump entre su bases era del 82%. Y, según datos de Associated Press, una encuesta más reciente de la Universidad de Monmouth señala que el 72% de los republicanos sigue creyendo que Biden ganó las elecciones gracias al fraude electoral, una teoría difundida por el expresidente desde hace meses.

Este apoyo ha permanecido en parte gracias a la devoción de algunos de sus colaboradores, como la del senador por Carolina del Sur, Lindsay Graham, que manifestó la necesidad de que Trump fuera “el camino de regreso a seguir en 2022” o el líder republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy , que ya se ha postulado para trabajar con él en la recuperación del control del Congreso.

Sus peores momentos

Alcanzar la mayoría de la Cámara de Representantes puede que sea el primero de los objetivos que Trump se plantee, a medio plazo, tras su derrota electoral en las presidenciales. Sin embargo, este no ha sido el único tropiezo experimentado a lo largo de su carrera. Durante sus cuatro años de mandato presidencial, el exmandatario tuvo que afrontar una guerra de aranceles con varios países que le deparó numerosas críticas, especialmente entre sus antiguos aliados de la Unión Europea.

También recibió numerosas censuras por el abandono de algunos organismos internacionales en los que el liderazgo y el presupuesto aportado por los Estados Unidos era primordial, como ocurrió cuando amenazó con dejar la Organización Mundial de la Salud en plena pandemia o su retirada del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP por sus siglas en inglés), el Acuerdo del Clima de París Acuerdo del Clima de París o el Acuerdo Nuclear con Irán, mantenido con la Agencia Internacional de la Energia Nuclear (AIEA).

A esto hay que sumar la ola de protestas raciales que recorrió el país, que se convirtió en uno de los elementos que más ha polarizado a la ciudadanía en los últimos tiempos. Su tibia posición en contra del racismo y los abusos policiales fueron el comienzo de un cambio de rumbo de parte del voto estadounidense. Todo ello culminó con el asalto al Capitolio, el pasado 6 de enero, tras un mitin inflamado que acabó con miles de sus seguidores protagonizando un triste momento histórico.

Trump el escapista

Pero como si de un ilusionista se tratara, el magnate supo equilibrar los malos momentos políticos con unos resultados económicos que catapultaron al país a una tasa de desempleo del 3’5%, niveles no registrados desde agosto de 1969. Y a pesar de la pandemia, dejó el país tras su presidencia con una tasa de paro del 6’7%, no demasiado alta para la crisis política y económica que atraviesa el mundo.

También salió indemne de su primer impeachment, algunas de las cuales siguen en marcha, siendo sus colaboradores los que resultaron culpables y acabaron en la cárcel. Es el caso de Michael Cohen, uno de sus anteriores abogados, que sigue en prisión al declararse culpable por incumplir la normativa de campaña electoral al reconocer que pagó 130.000 dólares a la actriz Stormy Daniels, para que no revelase una supuesta relación sentimental con Trump.

Afrontar el futuro

Pero son muchos los frentes que todavía mantiene abiertos Donal Trump. Desde la investigación por fraude del estado de Nueva York sobre sus negocios, por fraude fiscal y falsificación de registros, a su silencio obligado en las redes sociales, que le servían de amplificador de mensajes, pasando por la mancha que puede dejar en su historial la cercanía a los grupos extremistas y supremacistas. Nada que de momento no haya sido capaz de sortear.

Sin embargo, las primeras fisuras, si bien pequeñas, ya empiezan a parecer en el Partido Republicano y Trump ahora carece del púlpito presidencial y la inmunidad que ello representaba. Habrá que esperar para ver si, como el ave Fénix, dotada de una fuerza sobrenatural, el exmandatario es capaz ahora también de remontar el vuelo resurgiendo de sus cenizas, como ha hecho hasta ahora.