Victoria histórica de los republicanos del Sinn Féin en Irlanda del Norte

  • Los nacionalistas irlandeses, antiguo brazo político del IRA, se imponen con la propuesta de un referéndum de reunificación de la isla de Irlanda

  • Los unionistas del DUP, hasta ahora primera fuerza, se niegan a entrar en el gobierno compartido hasta que no se elimine el Protocolo del Brexit

  • Irlanda del Norte ha sido la región británica más perjudicada por la salida de la Unión Europea

La victoria del Sinn Féin en Irlanda del Norte ha provocado en el Reino Unido el miedo a la reunificación de la isla de Irlanda precisamente este año en que se celebra el centenario de la partición de la isla. En estos cien años siempre habían ganado los partidos unionistas. Por primera vez se han impuesto los republicanos nacionalistas irlandeses. Las elecciones para la Asamblea de Stormont, el parlamento regional de Irlanda del Norte, se celebraron el jueves y este sábado por la tarde ha terminado el conteo de votos.

Se elegían los 90 parlamentarios que deben conformar la Asamblea. Con 88 de los 90 escaños anunciados, el Sinn Féin había conseguido 27 (los mismos que en 2017), el Partido Democrático Unionista (DUP), 24 (-3), el Partido de la Alianza, 17 (+9), el Partido Unionista del Ulster (UUP) 9 (-1) y los nacionalistas irlandeses del Partido Socialdemocrático y de los Trabajadores (SDLP), 7 (-4). Los cuatro restantes, para otras formaciones. El gran beneficiado fue el Partido de la Alianza, formación proeuropea que no se define ni nacionalista ni unionista, de centro y moderada, prácticamente dobló el número de parlamentarios.

De hecho, el Brexit ha sido el tema clave de estas elecciones ya que Irlanda del Norte es la región británica más afectada por la salida de la Unión Europea (UE). Los acuerdos de paz de 1998, que pusieron fin a un conflicto armado de treinta años entre unionistas protestantes probritánicos y republicanos católicos proirlandeses, obligan a que no haya frontera entre Irlanda del Norte (noreste de la isla y territorio británico) y la República de Irlanda (en el sur). Para poder llevar a cabo el Brexit, Boris Johnson y la UE firmaron el llamado Protocolo del Brexit, que trasladaba la frontera con la UE a la costa que separa Irlanda del Norte y Gran Bretaña y establecieron una aduana y controles a los productos británicos.

El DUP fue el único partido norirlandés y unionista que apoyó al Brexit y a Johnson, que los traicionó para poder cerrar el acuerdo del Brexit y ganar las elecciones de 2019. El Brexit provocó que a muchas empresas británicas no les saliera a cuenta comerciar con Irlanda del Norte y provocó una crisis de suministro de productos. Provocó también que se empezara a hablar de un referéndum de reunificación de la isla por parte de los republicanos que querían y quieren seguir en la UE. También el Partido de la Alianza está a favor de seguir en la UE y ha atraído a votantes unionistas.

Dos consultas

Estos errores de cálculo han provocado la caída del DUP, partido ultraconservador y ultrareligioso, contrario al divorcio y al aborto, que ha alejado a los jóvenes de su comunidad con su cerrazón ética. Además, en las últimas décadas se ha producido un incremento demográfico de los católicos y nacionalistas irlandeses. Todo esto ha llevado a este histórico resultado electoral. El Sinn Féin había incluido en su programa electoral un referéndum de reunificación de la isla de Irlanda.

Los acuerdos de paz de 1998 estipulan que Irlanda del Norte no puede dejar de ser parte del Reino Unido "sin el consentimiento de una mayoría que vote en una consulta". Si en algún momento existe una mayoría católica que quiere la independencia, el gobierno británico debe conceder la opción de la consulta. El referéndum debe ser aceptado por el Reino Unido y también Irlanda, los dos garantes del proceso de paz. Irlanda también celebraría un referéndum. O sea, se harían dos consultas. No está claro el apoyo a la independencia en Irlanda del Norte. Algunas encuestas indican que la mitad de la población quisiera volver a ser parte de Irlanda.

En Irlanda, según Ipsos Mori, un 62% votaría a favor de la reunificación, mientras que un 16% votaría que no y un 13% no lo sabe. Una reciente encuesta del ‘Irish Times’ encontró que la mayoría de los votantes del sur están a favor de una Irlanda unida a largo plazo, pero se oponen a algunas de las medidas que podrían ser necesarias para facilitarla, como un nuevo himno nacional o el aumento del gasto del sector público.

La renovación de los republicanos

El Sinn Féin, antiguo brazo político del IRA, ha crecido mucho en los últimos años, sobre todo después de que en el 2018 se produjera una renovación de su cúpula. Mary Lou McDonald, de 52 años, y Michelle O’Neill, de 45, reemplazaron a Gerry Adams y a Martin McGuinness, que acababa de morir, desvinculando el partido de la lucha armada. Desde entonces se ha producido un auge del Sinn Féin, especialmente en el sur de la isla. En las últimas elecciones irlandesas, el 2020, fue la formación más votada por delante de los dos grandes partidos conservadores, el Fianna Fáil y el Fine Gael, que acabaron pactando entre ellos y formando un gobierno de coalición. Sinn Féin presentó un atractivo programa de izquierdas, socialdemócrata con inversión en la salud pública y en vivienda que ahora ha repetido en Irlanda del Norte.

Aunque se quedó fuera del Gobierno, forzó a los otros dos partidos a posicionarse sobre una posible consulta. El ministro de Asuntos Exteriores irlandés, Simon Coveney, del Fine Gael, dijo esperar ver en vida a una Irlanda unida, mientras que el primer ministro Micheál Martin, del Fianna Fáil, ha propuesto una asamblea ciudadana para debatir la reunificación.

“Es un momento decisivo para nuestra política y para nuestra gente. Voy a ofrecer un liderazgo inclusivo, que celebre la diversidad, que garantice los derechos y la igualdad para aquellos que han sido excluidos, discriminados o ignorados en el pasado”, dijo la líder del Sinn Féin, Michelle O’Neill, después de ganar este sábado. O ‘Neill, que es la hija de la víctima del conflicto norirlandés, será nominada como ministra principal. Para formar gobierno, según los acuerdos de paz de 1998, es necesario que formen una coalición los dos partidos más votados de las dos comunidades. El DUP debe nominar a un viceprimer ministro. Pero su líder Jeffrey Donaldson, ya ha advertido de que no formarán gobierno hasta que se modifique sustancialmente el Protocolo de la frontera.

“Reconozco que tenemos nuestras diferencias [con Boris Johnson]—dijo Donaldson—, sobre todo en cuanto al Protocolo, pero creo que todos aceptamos que éste es un problema que debe abordarse y cuanto antes se aborde mejor para todos”. El gobierno de Johnson está intentando acelerar las negociaciones con la UE para eliminar el protocolo y no descarta hacerlo de forma unilateral. En mayo del pasado año, May Lou McDonald ya pidió a los gobiernos de Londres y de Dublín que se preparen para un referéndum de unificación.

Momento complicado para Johnson

La situación es una complicación más para Johnson después de quedar muy debilitado en las elecciones municipales en Inglaterra, Gales y Escocia donde los conservadores han perdido cerca de 500 concejales y 11 autoridades municipales, algunas de ellas históricas como las de Westminster, que controlaban desde 1964, o Wansworth, donde gobernaban desde el 78, ambas en Londres. En Londres y Gales los conservadores retrocedieron ante los laboristas, en el sur de Inglaterra ante los liberaldemócratas y en Escocia ante los nacionalistas escoceses. Fue un voto de castigo por las fiestas ilegales en su residencia oficial durante el Covid y por el alto coste de la vida. Diversos concejales conservadores que perdieron su puesto pidieron su dimisión. De momento su Gobierno lo mantiene en el cargo.