Las autoridades de Guinea Ecuatorial han confirmado que la cifra de víctimas mortales a causa de las explosiones registradas el domingo en un campamento militar de la ciudad de Bata, la más poblada del país han dejado más de un centenar de muertos.
El Ministerio de Sanidad y Bienestar Social de Guinea Ecuatorial ha detallado a través de su cuenta en la red social Twitter que las explosiones han dejado "hasta ahora" 105 muertos y 615 heridos, entre ellos 133 que continúan ingresados en varios hospitales del país.
Las organizaciones no gubernamentales Human Rights Watch (HRW) y EG Justice ha reclamado a las autoridades ecuatoguineanas que inviten a expertos internacionales para llevar a cabo una investigación independiente en torno a las explosiones.
"La gente de Bata está de luto", ha dicho Tutu Alicante, director de EG Justice, un grupo que promueve los Derechos Humanos y la buena gobernanza en Guinea Ecuatorial. "Merecen respuestas creíbles sobre lo que ha pasado y apoyo inmediato para tratar a los heridos, acoger a los que se han quedado sin casa y reconstruir la ciudad", ha agregado.
"La única forma de lograrlo es a través de una investigación independiente y ayuda internacional que vaya directamente a las personas afectadas", ha agregado, según un comunicado publicado por ambas organizaciones.
En este sentido, Sarah Saadoun, investigadora de Derechos Humanos en HRW, ha resaltado que "la respuesta del Gobierno a la explosión ha dejado claro su atroz desprecio por el bienestar de los ecuatoguineanos".
"Al margen de las causas de la explosión, los ecuatoguineanos merecen saber por qué el Ejército está almacenando explosivos en medio de una zona poblada, si hay otras sustancias almacenadas que puedan suponer un peligro público inminente y qué está haciendo el Gobierno para evitar otra explosión similar en el futuro", ha zanjado.
Las explosiones tuvieron lugar en la zona del cuartel de Nkuantoma y destruyeron gran parte de los edificios de las propias instalaciones militares y de las viviendas colindantes. Las labores de rescate continúan activas en la zona en busca de posibles víctimas.
Por su parte, el presidente ecuatoguineano, Teodoro Obiang Nguema, ha atribuido lo ocurrido a la "imprudencia" y la "ignorancia" y la "malicia de los que conocían la peligrosidad" de la dinamita a la que atribuye las explosiones.
"La dinamita normalmente, en otras partes, se guarda muy lejos de la población. Incluso se guarda debajo de la tierra (...). Por eso hemos sufrido esa devastación y prácticamente nos está costando un gasto económico, material y una inseguridad humana", zanjó.