Un grupo de científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha desarrollado una mutante de toxina de alacrán que inhibe la propagación de tres tipos de cáncer.
En un comunicado, la UNAM informó que la doble mutante de la potente toxina del alacrán rojo de la India, llamada tamapina, que contiene su veneno, es capaz de inhibir la metástasis.
Al modificar esa tamapina, como narra Federico del Río Portilla, investigador científico del Instituto de Química (IQ) de la UNAM, "se produce el "bloqueo" del movimiento de las células malignas de 60 a 70 por ciento", usando esta concentración de toxina.
Estos buenos resultados se han visto específicamente para tres tipos de cáncer: mama, piel y próstata.
Los expertos aseguran que estos tipos de cáncer comienzan desarrollándose en un órgano o con un tumor pequeño que luego crece. Esa fase, la metástasis que produce que las células malignas migren, provoca la muerte de las personas enfermas de cáncer. Por ello, esta investigación trata de acabar con esa propagación.
Para ello se basan en los "poros" de las células, por donde entran sale, potasio y otros nutrientes, y logran inhibir esa metástasis gracias a la toxina de alacrán.
'The Blue Box' es un dispositivo biomédico desarrollado por la ingeniera española Judit Giró, que se ha alzado con el premio Premio James Dyson 2020, gracias a su propuesta de hacer más asequibles y menos invasivas las pruebas que detectan el cáncer de mama.
El trabajo de Giró va a permitir, en un futuro, que una mujer desde su casa pueda realizarse una prueba de cáncer de mama sin necesidad de radiación y dolor, a través de una muestra de orina y mediante la tecnología de Inteligencia Artificial (IA).
El dispositivo realiza un análisis químico de la muestra de orina y envía los resultados a la nube, donde se ejecuta el algoritmo basado en IA. Esto conduce a un diagnóstico, que se comunica a través de una aplicación.
Este sistema permite a la usuaria consultar en el teléfono móvil sus resultados en tiempo real y guardar el historial de las pruebas realizadas, como explican desde Dyson en un comunicado.
La ingeniera ha desarrollado dos prototipos, el primero en el Hospital Universitari Sant Joan de Reus (Tarragona). En California, un segundo prototipo incorporó por primera vez la inteligencia artificial, logrando una clasificación del 95 por ciento. Espera que en un par de años el proyecto esté en la etapa de prototipo final, preparado para estudios en humanos y ensayos clínicos.
"The Blue Box tiene el potencial de hacer que la detección del cáncer de mama sea una parte de la vida cotidiana. Puede ayudar a cambiar la forma en que la sociedad lucha contra el cáncer de mama para asegurar que más mujeres puedan evitar un diagnóstico avanzado", asegura su creadora.