En medio de las protestas en Bolivia tras el presunto fraude de las elecciones presidenciales llega una imagen desgarradora. La de la alcaldesa de Vinto, del partido de Evo Morales, arrastrada y vejada por la multitud. Así pedían su dimisión.
Descalza, caminando obligada por una turba que le ha rociado de pintura roja todo el cuerpo y la cara mientras le gritan “!Asesina!”. Es Patricia Arce, alcaldesa de la localidad boliviana de Vinto, que soporta los insultos de los opositores, las humillaciones y hasta un corte de pelo.
“Si quieren matarme que me maten, por el proceso doy mi vida”. Así defiende el proceso que enarbola el presidente Evo Morales frente a la turba que primero ha quemado y saqueado el ayuntamiento de Vinto y después la ha emprendido contra la edil.
Todo esto ha sucedido después de extenderse el rumor de la muerte de dos personas a manos de campesinos enviados por la alcaldesa. Una mecha incendiaria que muestra la profunda división tras la cuestionada reelección de Evo Morales.