En Bruselas se centralizan los movimientos de la OTAN y de la Unión Europea. Según se complica la situación, más países se muestran partidarios a emprender medidas más contundentes. De hecho, esta misma tarde Alemania ha dado un giro en su posición. Se une a los países que enviarán armas a Ucrania y no descarta apoyar la mayor sanción económica contra Rusia.

Se ha producido un giro de guión por parte de Alemania en los últimos minutos. Berlín se ha mostrado abierto en las últimas horas a aprobar la sanción económica más severa: cancelar a Rusia del sistema SWIFT. Es decir, desconectar a Moscú del sistema electrónico que permite hacer transferencias internacionales y pagos seguros en todo el mundo.

Además, el Alto Representante de la Diplomacia Europea, Josep Borrell, ha convocado una reunión extraordinaria para el domingo 27 de marzo en la que ha llamado a todos los ministros exteriores de la Unión Europea. Previsiblemente, en esta reunión telemática se aprobará la medida que cancela a Rusia del sistema SWIFT y, también, se aprobará un nuevo paquete de ayudas económicas destinado a Ucrania.

Alemania también ha sido protagonista en el terreno militar ya que ha anunciado que va a donar armas como lanzagranadas o misiles a Ucrania, algo que hasta ahora no veía nada claro. De esta manera se une a países como Francia, Bélgica u Holanda.

Esto es un paso importante pero no quiere decir que la Unión Europea esté entrando en la guerra de Ucrania ya que los aliados de la OTAN han dejado muy claro que no van a desplegar tropas en suelo ucraniano.

El mundo responde a la invasión rusa con las armas de la economía mediante una ola de sanciones. La Unión Europea, Estados Unidos o Japón tratan de cortar el acceso de Rusia a los mercados de capitales o a tecnologías cruciales como componentes electrónicos e informáticos o los destinados a sectores como la defensa.

También se sanciona a bancos, oligarcas y empresas rusas. Aunque países reticente como Alemania ya están a favor de activarlo. Occidente todavía no se ha decidido a apretar el llamado botón nuclear económico, el SWIFT. Esta medida equivaldría a dejar fuer a Rusia del sistema de transferencia electrónicas, fuera del circuito financiero del comercio mundial.

Las fuerzas navales francesas han interceptado a un barco de bandera rusa que se dirigía a San Petersburgo el día que el presidente Macron ha recordado que la guerra será larga y tendrá grandes consecuencias.

También este sábado los países bálticos cierran sus fronteras a las aerolíneas rusas; antes lo hicieron Polonia, República Checa, Bulgaria o el Reino Unido cuyo primer ministro recuerda a Putin que está conduciendo a Rusia al completo aislamiento.

Coincidiendo con la visita del primer ministro polaco a Berlín, que había recriminado el egoísmo europea en su ayuda a Ucrania, Alemania ya anunciado el envió al país invadido de hasta 1 000 armas y 500 misiles.