La Inteligencia ucraniana asegura que Putin ha rebajado definitivamente sus aspiraciones iniciales de controlar todo el país y apunta a que el Kremlin estaría moviendo ficha para buscar una salida al conflicto 'a la coreana'. Al igual que ocurriera en Corea tras la Segunda Guerra Mundial, en la que el país quedó dividido para siempre por el paralelo 38, Moscú estaría buscando partir Ucrania en dos.
El jefe de la inteligencia militar ucraniana, Kyrylo Budanov, advierte de que la división de Ucrania abocaría a una guerra de guerrillas "total" por todo el territorio. Los esfuerzos de las tropas rusas se concentran ahora en crear un corredor terrestre con Crimea, pero han topado, según Budanov, con la "indominable y valiente" defensa de la asediada ciudad de Mariúpol.
En esa misma línea, la de la división del país, parece ir el anuncio del líder de la autoproclamada República Popular de Lugansk (RPL), Leonid Pasechnik, que ha planteado este domingo abiertamente la posibilidad de declarar un plebiscito sobre la incorporación del territorio a Rusia.
"Creo que en un futuro cercano se llevará a cabo un referéndum en el territorio de la república, en el que la gente ejercerá su derecho constitucional absoluto y expresará su opinión sobre unirse a la Federación Rusa. Por alguna razón, estoy seguro de que este va a ser el caso", ha declarado Pasechnik en declaraciones recogidas por TASS.
El presidente de Ucrania, Volódimir Zelenski, ha revelado este domingo que el objetivo del Gobierno ucraniano es que Rusia acepte la retirada de sus fuerzas a las previas al inicio de la invasión del 24 de febrero, manteniendo así su presencia en Crimea, Donetsk y Lugansk.
"Queremos reducir lo más posible la cifra de víctimas, reducir la duración de esta guerra. Que las tropas rusas se retiren a los territorios de compromiso, anteriores al ataque", ha afirmado Zelenski en una entrevista con periodistas independientes rusos publicada este domingo a través de redes sociales.
"Entiendo que es imposible obligar a Rusia a liberar totalmente los territorios (ucranianos) porque llevaría a la Tercera Guerra Mundial. Lo comprendo todo perfectamente. Esto es lo que digo: es un compromiso. Volved a donde todo empezó e intentaremos resolver la difícil cuestión del Donbás", ha apuntado el mandatario ucraniano.
Rusia y Ucrania han confirmado este domingo el comienzo, a principios de la semana que viene, de una nueva ronda de negociaciones de paz presenciales para poner fin al conflicto bélico. Ambas partes, sin embargo, difieren en la fecha exacta en la que daría inicio.
El jefe de la delegación rusa, Vladimir Medinski, ha informado de que el encuentro tendrá lugar desde el martes 29 hasta el miércoles 30 de marzo, según ha hecho saber en su canal de Telegram.
Mientras, el negociador ucraniano David Arajamia ha indicado que las conversaciones comenzarán este lunes e incluso ha especificado que Turquía será la sede del encuentro, según ha hecho saber en Facebook.
El asesor del ministro del Interior ucraniano, Vadym Denysenko, aseguraba este domingo que Rusia ha convertido en objetivo prioritario el suministro de comida y combustible. En los próximos días, las autoridades locales tendrán que empezar a repartir y racionar alimentos y combustible por todo el territorio.
Este sábado, cuatro misiles rusos impactaron contra un depósito de combustible en Leópolis, a sólo 60 kilómetros de la frontera con Polonia, coincidiendo con la visita de Joe Biden a Varsovia.
Durante su visita a Varsovia, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sorprendió a propios y extraños con la siguiente frase: "Por el amor de Dios, este hombre no puede permanecer en el poder".
La frase parecía llamar a un levantamiento interno. La Casa Blanca corrió para matizar las palabras de su presidente de inmediato. Este domingo, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, insistía en que Washington no está persiguiendo una estrategia de "cambio de régimen" en Moscú.
En la misma línea, el presidente francés, Emmanuel Macron, también le pegaba este domingo un tirón de orejas a sus aliados. Macron ha recomendado tanto al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, como al Gobierno ruso que se abstengan de alimentar "ni con actos ni con palabras", antes de distanciarse de la declaración de Biden. "Yo no usaría esas palabras", ha añadido durante la entrevista, recogida por 'Le Figaro'.