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Marruecos ha sido a la vez oasis y calvario para tres millares de españoles que huyeron de las restricciones de la pandemia rumbo a tierras norteafricanas. El país magrebí, donde la incidencia epidémica es muy baja según datos oficiales, era una de las pocas opciones viajeras para los ciudadanos españoles en esta Semana Santa. Pero en la tarde del Lunes Santo, sin previo aviso, las autoridades marroquíes decretaban, con un margen de apenas 30 horas, la suspensión de las conexiones aéreas con Francia y España “hasta nueva orden” con objeto de luchar contra la propagación de las nuevas variantes del coronavirus.
“Estoy muy preocupada. Tengo miedo de perder mi trabajo. He visto apenas dos veces a mi marido en un año y llegué este mismo lunes a Marrakech; la compañía aérea Ryanair acababa de inaugurar una ruta directa con Santander”, relata a NIUS Andrea Varela, que se encuentra varada en Marrakech desde el lunes.
Es la segunda vez que la joven española, casada el pasado mes de diciembre con un ciudadano marroquí, sufre en carne propia la suspensión de las comunicaciones entre los dos países. La última vez, el 13 de marzo de 2020, abandonó Marruecos por Ceuta. “Esta vez ha sido especialmente cruel, porque llegué el mismo lunes por la tarde y nada más conectar Internet en el teléfono en el mismo aeropuerto me entero del cierre del espacio aéreo”, admite. “No entiendo cómo la compañía aérea nos dejó subir a ese avión si ya sabían lo que pasaba”, explica Varela con amargura.
Marruecos y España clausuraron sus fronteras el 13 de marzo de 2020. Pero desde septiembre del año pasado Rabat permitía ingresar a los turistas con PCR negativa y reserva hotelera o invitación empresarial por vía exclusivamente aérea. Desde la pasada madrugada no es posible hacerlo desde España y Francia, que se unen a 38 países más desde los que ya no se puede volar a Marruecos. La mayoría de ellos son europeos. En las últimas semanas se ha ido produciendo un goteo de incorporaciones a la lista, y era previsible que Francia y España acabaran entrando. Los turistas que llegaron en las últimas semanas estaban de alguna forma advertidos.
Rabat impide con esta medida la llegada no solo de viajeros de sus dos principales mercados emisores, sino la llegada de ciudadanos marroquíes residentes en la UE o ciudadanos binacionales afincados en Estados europeos en las vísperas del mes de Ramadán, para cuyo inicio quedan menos de dos semanas. El descubrimiento de un foco de contagios de la variante británica del covid-19 ha precipitado la medida.
La ministra de Exteriores española, Arancha González Laya, avanzaba esta mañana en una entrevista radiofónica la cifra redonda de tres mil españoles bloqueados en Marruecos y aprovechaba para darles un tirón de orejas: “No es el momento de viajar. Si puede evitarlo, quédese en su ciudad”. Los Consulados españoles en Marruecos, desbordados en las últimas horas, admiten tener la misma información que cualquier ciudadano al corriente de la cuestión por los medios.
Varios españoles consultados por NIUS lamentaban los precios de los pasajes de avión durante la jornada de ayer –última para regresar en vuelos comerciales desde Marruecos- y la dificultad de obtener una prueba PCR, preceptiva para entrar en España procedente del país magrebí, con solo unas horas de margen. “Los vuelos de la Royal Air Maroc para viajar a España estaban a 800 euros ayer tarde desde Marrakech”, se quejaba en declaraciones a este medio Mónica Villanueva, una burgalesa atrapada en la localidad turística por excelencia de Marruecos. La joven ultimaba los trámites para regentar un riad turístico –una casa tradicional de la medina- junto a su novio en la ciudad ocre antes de que la pandemia frustrara sus planes. No sabe aún cómo podrá regresar a España.
La Royal Air Maroc, aerolínea de bandera marroquí, habilitó en la jornada del 30 de marzo más de 40 vuelos conectando ciudades marroquíes con aeropuertos de Francia y España considerando ambos sentidos. Solo con España, operaron este martes hasta 18 vuelos que transportaron casi 3.400 pasajeros, según recogía en una nota el digital oficialista Le360.
Por el momento, un primer contingente de españoles abandonará Marruecos este domingo en barco –un ferry fletado por Baleària- desde el puerto de Tanger Med rumbo a Algeciras. No será suficiente para la repatriación de los miles de españoles que se encuentran en los cuatro puntos cardinales del Estado norteafricano. Lo cierto es que desde que comenzara la pandemia la Embajada española en Marruecos ofrece periódicamente esta conexión por barco a ciudadanos españoles y residentes en Marruecos. En la web de Baleària ya se anuncia otro ferry desde Tanger Med a la ciudad gaditana para el miércoles 7 de abril.
Previsiblemente, en las próximas jornadas las autoridades españolas y marroquíes organizarán vuelos de repatriación desde las principales ciudades del país magrebí. En el primer cierre fronterizo los ciudadanos españoles tuvieron la oportunidad de salir de Marruecos por Ceuta y Melilla. Desde entonces los pasos con las dos ciudades autónomas están cerrados, con los que la posibilidad de abandonar el país magrebí por vía terrestre es remota en estos momentos. “Si tenemos nuestros papeles en regla, nuestra PCR, ¿por qué Marruecos no me deja salir de su territorio para entrar en España?”, se preguntaba Mónica Villanueva, apelando al entendimiento entre Madrid y Rabat.