El presidente de Estados Unidos, Donald Trump ha hecho escala en Irlanda antes de regresar a tierras continentales europeas para conmemorar el 75 aniversario del desembarco de Normandía en territorio francés. Lo que parecían un viaje de trámite se ha complicado por unas declaraciones del empresario neoyorquino que han molestado bastante en Dublín.
Según Trump, la salida del Reino Unido no afectará a la frontera con Irlanda del norte que ha comparado con el muro que quiere construir con México. Su anfitrión, el primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, le ha corregido al instante para aclarar que, precisamente, un muro es lo que Dublín quiere evitar.
Después de sus polémicas declaraciones del día y frente a las protestas que se han repetido también en Irlanda, Trump ha pasado la noche en un hotel de lujo que compró en este un pequeño pueblo irlandés hace unos años. Sus vecinos se han volcado para darle una calurosa bienvenida y así se lo han demostrado a dos de sus hijos que han pisado las calles de la localidad.