Trump reaparece en un vídeo asegurando que está bien y que "las próximas horas son importantes"

  • Donald Trump bromea sobre su edad y la de su mujer, también contagiada de coronavirus

  • Tras horas de caos informativo, el presidente asegura que "aún queda mucho por hacer"

Las 24 horas posteriores al ingreso de Donald Trump en el Walter Reed Hospital, a pesar del parte médico que insiste en que todo está bien, han dado lugar a un sinfín de especulaciones y una sola certeza: el presidente y su séquito tendrán que trabajar desde el hospital unos cuantos días. Algo no va tan bien durante el ingreso cuando en tan corto periodo de tiempo el doctor personal del actual mandatario, Sean Conley, ha tenido que desdecirse de la fecha del diagnóstico (de 72 a 48 horas) y de la situación de los signos vitales del presidente que, según el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, han sido muy preocupantes.

Tras cuatro intensas horas de comunicados "confusos", a las siete de la tarde del sábado, hora de Washington, el presidente estadounidense se ha manifestado a través de twitter desde el hospital. La hora es algo inusual en él, que suele hacerlo incluso a altas horas de la noche. Trump ha difundido un vídeo grabado desde el hospital en el que apare vestido con traje de chaqueta, buen aspecto, quitando importancia a la situación y comentado lo bien que se sienten tanto él como su mujer. Trump agradece las muestras de cariño "¿Qué iba a hacer, quedarme encerrado en el Despacho Oval por mi seguridad como me decían?", se pregunta. Y también apunta que las próximas horas serán "importantes".

Caos informativo

La situación actual puede resumirse en la estampa que ofrecen los alrededores del Centro Médico Nacional Walter Reed de Bethesda, en Maryland, donde el presidente se encuentra ingresado. Grupos de partidarios de Trump ondean banderas en apoyo al mandatario, los periodistas se agolpan a las puertas del centro sanitario a la espera de los partes médicos y la Casa Blanca se esmera en quitar importancia a una situación que es de todo, menos normal: que el presidente del país más poderoso del mundo esté confinado en un hospital a la espera de que responda a un tratamiento para combatir una enfermedad que solo en Estados Unidos ha matado a más de 200.000 personas.

A pesar de que Bill Stepien, el jefe de campaña de Trump, comunicó el viernes que el presidente seguiría trabajando desde la Casa Blanca, su traslado al hospital militar por un periodo aún indeterminado y las dudas sobre su estado de salud han obligado a desplazar allí las oficinas presidenciales. Su secretaria de prensa, Kayleigh McEnany, lo comunicó sin embargo horas después quitando importancia la situación .“El presidente se mantiene de buen humor, tiene síntomas leves y ha estado trabajando durante todo el día. Por precaución y recomendación de expertos médicos, el presidente trabajará desde una suite especial de Walter Reed”, añadió.

Ausencia en las redes sociales

Tras su ingreso la situación se volvió más preocupante cuando durante 14 horas Donald Trump no dio señales en Twitter, su red social favorita. Pero poco después de que se publicaran todo tipo de especulaciones, a las 2 de la tarde de ayer apareció señalando que “los doctores, enfermeras y todo el personal del gran centro sanitario Walter Reed, así como los profesionales de otras instituciones, son increíbles”.

Una hora después publicó unos comentarios de nuevo agradeciendo los ánimos y animando a salir juntos de la situación.

Parte médico

Aparte del tema operativo, la preocupación lógicamente se ha centrado en el estado de salud del máximo mandatario del que se dio ayer al mediodía, desde el hospital, una actualización: no tuvo fiebre en las últimas horas, no necesitó oxígeno, seguía con algo de tos y paseó por la habitación. “Estamos extremadamente contentos con su progreso Está excepcionalmente de buen humor y con Remdesivir” añadió el equipo médico. Un tratamiento antiviral que ya avanzó Conley el pasado viernes, del que dijo ya le fue administrado una primera dosis la primera noche, permitiéndole el descanso.

Trump también recibió nada más llegar 8 gramos de un cóctel de tratamiento complementario experimental, llamado Regeneron, que consiste en una combinación de anticuerpos policlonales y vitaminas para reforzar el sistema inmunológico en su lucha contra el coronavirus. A pesar de que no ha sido aprobado por ninguna entidad reguladora y está siendo estudiado en cuatro ensayos clínicos tardíos, le ha sido administrado bajo la denominación de “uso compasivo”, lo que permite el acceso a medicamentos experimentales a pacientes con afecciones graves o mortales.

La actividad presidencial y de campaña continúa

Durante las primeras catorce horas de su ingreso Donald Trump guardó silencio en las redes sociales mientras delegaba su evento oficial más inminente en el vicepresidente Mike Pence. Sin embargo, para dejar las cosas claras, la directora de comunicaciones de la Casa Blanca aseguró a la cadena de televisión NBC News que “el poder presidencial no ha sido transferido al vicepresidente, el presidente sigue al cargo”.

Acerca del próximo debate, también el líder republicano en el Senado dijo que si el presidente “se siente a la altura”, el segundo debate contra el candidato demócrata tendría lugar de manera remota. “Estamos haciendo un montón de cosas de forma remota estos días debido al coronavirus, con suerte, también se podrá hacer el debate”, añadió el locutor de radio conservador High Hewitt, al ser preguntado sobre la viabilidad de un debate con este formato.

El que sí sigue adelante con seguridad es el único debate vicepresidencial previsto para el próximo miércoles, en Slat Lake City (Utah). Tanto Mike Pence como Kamala Harris, los participantes, dieron negativo en sus respectivos test realizados ayer viernes. El vicepresidente Mike Pence, quien asumirá las funciones presidenciales si Trump se enferma gravemente, trabaja desde su propia residencia a varios kilómetros de la Casa Blanca.

También se mantienen las audiencias de confirmación de la jueza nominada al Tribunal Supremo, Amy Coney Barrett, en sustitución de la fallecida Ruth Bader Ginsburg. Según confirmó el portavoz del Comité Judicial del Senado, Kevin Bishop, desde dicho comité están avanzando “a toda máquina” para iniciar el trabajo a partir del 12 de octubre.

Melania sigue en la Casa Blanca

La primera dama de estados Unidos, Melania Trump, también dio positivo el viernes pero a diferencia de su marido, ella no fue trasladada al hospital. Conley, el médico de a Casa Blanca, declaró que sólo tenía una leve tos y dolor de cabeza. Ella misma tuiteó en esos momentos que experimentaba síntomas leves pero que se sentía “bien en general”, al tiempo que daba gracias a su marido.

Hasta este momento, Melania había incrementado sus apariciones en público, especialmente desde su intervención en la convención republicana del mes pasado, en la que se desveló como una de las estrellas. Con un discurso empático y con más carga política que otras veces, ofreció consuelo a las víctimas de la pandemia y a los ciudadanos afectada por la violencia racial.

La pareja presidencial está pasando por esta enfermedad de forma separada ya que, como comentaba el mismo Donald Trump en la difusión de su último video, la enfermedad afecta más a las personas de edad avanzada, como es su caso, pero no el de Melania, que es 24 años más joven que su marido. “Ella es un poco más joven que yo, como saben. Conocemos la enfermedad y cómo afecta a la gente mayor y joven”, señaló.