Trump sigue con su guerra ante las mascarillas. Ya le costó meses ponérsela, porque consideraba que verle con ella puesta solo sería un triunfo de la prensa, que le quería ver con mascarilla, Finalmente reaccionó y se lo puso - la campaña electoral y los muertos de coronavirus ayudaron en su decisión-. "Llevar mascarillas es patriótico contra el virus invisible chino, os lo dice vuestro presidente favorito",acabó diciendo.
El último enfrentamiento lo ha tenido con un periodista. Cuando en el resto de países se implora que la gente se ponga la mascarilla, Trump minimiza el impacto de no llevarla, aunque haya distancia para hacerlo.
En su conferencia de prensa del lunes por la tarde, el presidente Donald Trump tuvo un intercambio con el corresponsal de Reuters Jeff Mason, después de que el periodista no se quitara la mascarilla a petición del mandatario. El presidente interrumpió a Mason cuando empezó a hacerle la primera pregunta, diciéndole: «Vas a tener que quitarte eso, por favor». Trump señaló el espacio entre el reportero y el podio, preguntando, "estás… ¿a cuántos metros de distancia estás?". Mason respondió que hablaría más fuerte para contrarrestar los efectos de la mascarilla.
Trump no quedó satisfecho con la respuesta, y le dijo al reportero que su voz quedaba "muy apagada" con la cubierta facial. "Así que si te la quitaras, sería mucho más fácil", remarcó. Mason levantó la voz y repitió su oferta de hablar más alto, preguntando: "¿Así esta mejor?".El presidente suspiró diciendo "está mejor. Sí, está mejor".
Más tarde en la conferencia de prensa, Trump comentó que un reportero que se quitó la mascarilla sonaba «"tan claro. A diferencia de todos los demás, que se niegan",
No es la primera vez que el presidente le pide a un reportero que se quite la máscara para poder escuchar una pregunta con más claridad, pero su decepción con la respuesta de Mason fue notable. Según informes de prensa, el presidente dijo en marzo a sus asesores que llevar mascarilla podía "dar una imagen de debilidad", y algunos analistas creen que su reticencia a ponérsela tiene que ver con una idea mal entendida de la masculinidad.