Todo comenzó acusando al expresidente Barak Obama y a su gente de haber puesto micrófonos en la Torre Trump durante la campaña electoral. Una casación que nunca fue probada y tampoco desmedida, pero que provocó la guerra entre Trump y los Servicios de Inteligencia de Estados Unidos.
Las agencias de Inteligencia, los espías, son 12 y todas trabajan bajo el paraguas de la NSA que es quien coordina y controla la información y los objetivos de las diferentes agencias. Estas agencias tienen empleados propios y “contratistas”, es decir que subcontratan empresas especializadas en análisis de data y en información sensible y realizan informes para las diferentes agencias.
Una de esas agencias sub-contratadas es Pluribus Internacional, en donde trabajaba hasta el sábado 2 de Junio Reality L Winner. Una joven de 25 años, con capacidad para acceder a información “altamente sensible” y que había sido contratada en abril de este mismo año. Según el departamento de Justicia de Estados Unidos, Winner habría filtrado información sensible sobre la supuesta interferencia de Rusia en las elecciones de Estados Unidos a la prensa.
Winner, de 25 años, fue detenida en su casa, acusada de imprimir informes secretos, sacarlos del edificio y filtrarlos por correo a la prensa. Según la investigación del Departamento de Justicia, solo había 6 personas con acceso a la información filtrada, e investigaron cual de los ordenadores había impreso los informes, que habrían llegado doblados ( por correo) a la redacción del portal online The Intercept, que publicaba este lunes dichos informes de la NSA.
Winner, según parece es una traductora de las Fuerzas Aéreas del ejército estadounidense retirada que habla Pastún ( Afganistán), Farsí (Irán) y Dari ( dialecto del Pastún).
Distribuir material clasificado sin autorización es un delito que amenaza la seguridad nacional de Estados Unidos, por ello Winner se enfrenta a cargos muy serios. El Departamento de Justicia mantiene abierta una investigación en todas las agencias de la NSA y en los contratistas privados para conocer quienes pueden ser los filtradores a la prensa.
De hecho el Presidente Trump le habría pedido al ex-director del FBI James Comey, quien testificará ante la Comisión de Investigación del Senado éste jueves, que investigase “ y encontrase “ a los filtradores de las informaciones sobre las conversaciones de gente de su equipo con agentes y diplomáticos rusos.