Varios puntos de Estados Unidos se han convertido en una auténtica batalla campal con episodios tan tensos como el del camión cisterna que este fin de semana embestía contra la multitud que protestaba en Minneapolis, precisamente el lugar donde comenzaron las revueltas después de que un policía asfixiara con su rodilla a Geoge Floyd causándole la muerte.
Aunque el vehículo conducía a bastante velocidad, la muchedumbre consiguió apartarse y, milagrosamente, nadie resultó herido. Posteriormente, varios manifestantes se lanzaron contra la cabina y sacaron a la fuerza al conductor, al cual golpearon hasta que la Policía consiguió detenerlo.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue evacuado el viernes al búnker de la Casa Blanca ante la escalada de protestas en las inmediaciones, donde el Servicio Secreto se vio obligado a intervenir para retirar algunas de las barreras instaladas junto a la sede presidencial.
El mandatario norteamericano se refugió en el búnker durante un corto periodo de tiempo y, según un portavoz de la Administración citado por CBS News, por un exceso de celo, no tanto porque existiese un riesgo inminente para la integridad del magnate neoyorquino.
Según CNN, Trump estuvo en el búnker cerca de una hora, antes de regresar al sector de la Casa Blanca que le sirve de residencia, mientras en el exterior los manifestantes tiraban piedras y mantenían escaramuzas con los agentes. Después de esos incidentes, Trump alabó en su cuenta de Twitter el "gran trabajo" del Servicio Secreto de la noche anterior frente a revoltosos "totalmente profesionales". Estaba adentro de la Casa Blanca, observaba cada movimiento y no podría haberme sentido más seguro", agregó.
Las inmediaciones de la Casa Blanca se han convertido en uno de los escenarios de las movilizaciones de estos últimos días. Al malestar por la muerte de Floyd se han sumado las quejas por los mensajes incendiarios del propio Trump en contra de los disturbios.
Tras las imposición del toque de queda en Washington DC, allí se vivieron ayer los episodios más violentos de enfrentamientos entre manifestantes y policías que acabó protegiendo las inmediaciones de la Casa Blanca con porras y gases lacrimógenos.
En estos momentos hay 4.100 detenidos y cuatro personas han perdido la vida en medio de las protestas. Los saqueos y el pillaje se extienden mientras por Estados Unidos. En Chicago, un asaltó una tienda de electrodomésticos no cesa ni siquiera al legar la patrulla policial. Robos y vandalismo también en los comercios de lujo de Beverly Hills.
En mitad de esta ola de ira colectiva que arrasa todo país está por ver si Trump se dirige o no a la nación y cómo maniobra con el voto en blanco. De momento ha invocado un lacónico "Ley y orden" que ha sido interpretado como la misma promesa que tras los disturbios por la muerte de Martin L. King llevaron a Nixon a la presidencia. Un escenario explosivo con dos frentes abiertos: 40 millones de de estadounidenses en el paro por la crisis del coronavirus y esta fortísima movilización social al cumplirse hoy una semana de la muerte de Floyd.