Veinte días después se pone en marcha el proceso para el relevo de poderes en la Casa Blanca. Donald Trump sigue sin reconocer su derrota pero da luz verde para que su equipo prepare la transición. Joe Biden trabaja ya en la configuración de su equipo. Jurará el cargo el 20 de enero.
Tres semanas ha tardado Donald Trump en dar su brazo a torcer pero lo ha hecho a medias. Dejará la Casa Blanca, sin abandonar la batalla legal. “Continuaremos con nuestra lucha, creo que venceremos. Sin embargo, por el bien del país, le he recomendado a la Administración General de Servicios que inicie los protocolos hacia la transición. Le he pedido lo mismo a mi equipo”, ha dicho el presidente saliente.
Evita una vez más reconocer la derrota pero da luz verde a la transición. Un paso al que le ha empujado un comunicado que la Administración General de Servicios (GSA) ha enviado a Biden, que no certifica el ganador de las elecciones pero aclara que se asegura de proporcionar los recursos necesarios para la transición: 10 millones de euros para formar su gabinete y acceso a la información confidencial.
Niegan desde el organismo haber recibido presiones de la Casa Blanca para retrasar esta decisión. Su administradora sí denuncia, en cambio, amenazas externas pero dice haber obrado independientemente.
“Debido a los recientes episodios que involucran desafíos legales y confirmaciones de resultados electorales, he determinado que puede acceder a los recursos y servicios postelectorales descritos en la Sección 3 de la Ley a solicitud", ha dicho la jefa del GSA, Emily Murphy, en una carta dirigida a Biden.
"Quiero agradecer a Emily Murphy de GSA por su firme dedicación y lealtad a nuestro país. Ella ha sido acosada y amenazada, y no quiero que esto le suceda a ella. (...) Nuestro caso sigue con más fuerza. Continuaremos con la buena lucha y creo que prevaleceremos", ha escrito Trump en sus redes sociales, poco después de conocerse la noticia.
Horas después, Trump ha vuelto a utilizar su cuenta de Twitter para insistir en esta idea y ha manifestado que mientras "la GSA trabaja de manera preliminar" con el Partido Demócrata, él y su equipo continuarán "persiguiendo la que será considerada la elección más corrupta en la historia de la política estadounidense".
"Avanzamos a toda velocidad. Nunca cederemos ante las papeletas falsas y Dominion", ha dicho en relación a esta compañía, cuyo sistema de votación estaría, según Trump, financiado por "la izquierda radical" y sería responsable del supuesto fraude electoral que él y los suyos se han encargado de propagar sin presentar una sola prueba.
Ya conocemos algunas de las caras que acompañarán a Joe Biden los próximos cuatro años: Alejandro Mayorkas dirigirá el Departamento de Seguridad Nacional, un cubano-estadounidense que ayudó a desarrollar un programa de alivio para los migrantes, que hoy celebran su nombramiento.