Vestidos de gala, Donald Trump y Melania han recibido con todos los honores a Emmanuel y Briggite Macron. De nuevo con besos, abrazos y caricias, antes de la primera cena de Estado de la Era Trump, con la que los dos presidentes han sellado su romance político.
Después de un día cargado de incontables muestras de cariño, a pesar del sombrero blanco de ala ancha de la primera dama de Estados Unidos, con su marido, fiel a su estilo, sacudiéndole la caspa del hombro a su invitado francés, que aguantaba el tipo con una sonrisa.
Pero más allá de la demostración pública de la buena relación que les une a ambos. El objetivo de la visita del francés ha sido tratar de convencer a Trump de que no se retire del acuerdo nuclear con Irán... pero ha acabado cediendo ante la idea del presidente norteamericano.
"Queremos a partir de ahora trabajar en un nuevo acuerdo" ha anunciado el francés desmarcándose de la postura mantenido por los países europeos y alineándose con el discurso de su homólogo estadounidense.
Por su parte, Trump ha calificado el pacto de "ridículo, demencial y ruinoso", además de lanzar una advertencia a Teherán de que si reactiva el programa atómico "habrá un problema mayor que nunca". El 12 de mayo es la fecha límite para que el presidente de Estados Unidos tome una decisión.