El gobierno de Estados Unidos ha dado este lunes su aprobación final que permite la extracción de petróleo y gas en el Refugio Nacional Ártico de Vida Salvaje en Alaska, una zona de 7,7 millones de hectáreas que lleva décadas protegida de la explotación de las compañías energéticas.
Con esta decisión EEUU ya podría vender concesiones para la explotación petrolera y gasífera en la zona ártica en los próximos meses, según ha explicado el secretario del Interior, David Bernhardt. “Ciertamente podría haber una venta de concesiones para fines de año”, explicó Bernhardt a los medios, asegurando que se “avanzará de forma expedita”.
Ambientalistas y políticos demócratas llevan años intentando proteger la zona de la explotación industrial al ser esta área rica en fauna salvaje como caribúes y osos polares. Sin embargo, ya la legislación fiscal aprobada por los republicanos en 2017 abrió la puerta a las concesiones de crudo y gas. Bernhardt dijo que se está cumpliendo el mandato del Congreso.
Si se encuentra crudo, la producción podría empezar en unos ocho años, explicó Bernhardt, con una licencia de explotación que duraría unos 50 años. El gobernador y el responsable en el Congreso de la delegación de Alaska aplaudieron la decisión, abanderando el argumento de que creará empleos e impulsará la economía del estado.
Los grupos y asociaciones del medioambiental criticaron la decisión, asegurando que afectará a la vida salvaje y el ecosistema ártico, al tiempo que reprochan lo injustificable de esta decisión, en un momento en que están bajando los precios del crudo.
“Es una locura poner en peligro este hermoso lugar en un momento de exceso mundial de crudo”, dijo Kristen Monsell,abogada del Centro de Diversidad Biológica.
Sobre este argumento del bajo precio del petróleo podría afectar a las concesiones en la zona, Bernhardt señaló que los potenciales inversores no están centrados en el valor dela energía al día, porque evalúan proyectos a largo plazo.