El Tribunal de Apelación británico ha autorizado este viernes a la extradición del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, a Estados Unidos, donde está acusado de espionaje y podría enfrentarse a una pena de hasta 175 años de prisión.
Tras el rechazo de entregar a Julian Assange por motivos humanitarios por parte de la Corte de primera instancia de Westminister en enero pasado, el Gobierno de Joe Biden había vuelto a reactivar el recurso legal.
Ahora el Tribunal Superior de Reino Unido ha valorado las supuestas garantías de EEUU para Julian Assange dando su aval para que el activista y comunicador sea juzgado por un tribunal de este país.
El cofundador de WikiLeaks pudiera enfrentar una condena de hasta 175 años de prisión si finalmente fuera entregado a un juzgado estadounidense.
La sala 1 del Real Palacio de Justicia en su sede del centro de Londres han dado su veredicto en ausencia de Julian Assange. Previamente, los días 27 y 28 de octubre, el jefe de la Judicatura en Inglaterra y Gales, el lord juez Ian Duncan Burnett, presidieron junto al juez Timothy Holroyde la vista pública de apelación, donde ambas partes expusieron los argumentos en sesiones consecutivas.
El abogado de la parte estadounidense, James Lewis, cuestionó la conclusión de la magistrada Vanessa Baratser que frenó la extradición debido al riesgo sustancial de que el fundador de Wikileaks cometiera suicidio en un penal de la nación norteamericana.
Lewis, por su parte, manifestó una serie de garantías ofrecidas por Washington a Londres con el objetivo de asegurar su entrega para ser juzgado por 17 cargos de violación de la Ley de Espionaje, de 1917, y uno de presunta piratería informática.
La defensa de Assange desestimó estas supuestas garantías, que incluyen tratamiento médico, la posibilidad de que se cumpla la sentencia en su país de origen una vez agotados los recursos legales y el compromiso de no recluirlo en un régimen de máxima seguridad.
Estados Unidos pretende extraditar a Assange por difundir en su sitio web los archivos con los crímenes de guerra perpetrados por las tropas estadounidenses en Irak y Afganistán, y miles de cables con secretos de la diplomacia de ese país.